Demagogia y populismo 2/2

Demagogia y populismo 2/2

Por Francisco Zepeda Andino
Cnel. ® FAH

Hemos citado algunos conceptos o ideas de diferente fuente sobre lo que constituye la demagogia y el populismo, así como peculiaridades de los personajes poseedores de esos fenómenos sociales.

El escritor y periodista español Juan Cruz en su artículo “Manual del demagogo o la demagoga” expone varias características que debe tener “un buen demagogo”, así: 1. Desprecio de la política y los políticos. Debe hacer uso de adjetivos, normalmente descalificativos como: Los políticos son indecentes, corruptos, ladrones, sus acciones son indignantes y siempre son sospechosos, aunque se demuestre lo contrario. Atacando a todos utilizan un rasgo de la demagogia que es la totalidad. 2. “El demagogo ha de mostrar indignación en el discurso oral. Cuanto más gritas, mejor se entiende…”.

Juan-José López Burniol, jurista, profesor y escritor también español, en el artículo “El demagogo”, afirma: “El demagogo argumenta contra las leyes, costumbres y creencias vigentes, alejando que son convenciones sustituibles por otras pretendidamente mejores, según la conveniencia de la clase o grupo a los que se dirige”.

Como ya lo hemos explicado, existe una similitud entre el demagogo y el populista. En la actualidad el término “populista”, de acuerdo a Pérez Porto, “tiene sentido peyorativo ya que hace referencia a medidas políticas que no buscan el bienestar o el progreso de un país, sino tratan de conseguir la aceptación de los votantes sin importar las consecuencias” y estima que un proceso populista puede tener 4 fases diferentes: a) Éxito inicial; b) desbalances; c) aceleración de los desbalances y finalmente, d) el ajuste. Para Palacios Echeverría “el populismo apela al pueblo para construir su poder, entendiendo el pueblo como las clases bajas y sin privilegios económicos o políticos. Los líderes populistas, por lo tanto, se presentan como redentores de los humildes”.

“Definición ABC” nos proporciona algunos “indicios de populismo” al afirmar que algo va a ser gratuito para el pueblo pero sin decir cómo se va a pagar o transmitir la idea que aquellos que no apoyan al líder son antipatriotas. La política colombiana Cecilia Álvarez Correa, en su escrito “El caldo del populismo” sostiene: “La receta del populista es sencilla: identifica una población descontenta o la lleva al descontento agitando banderas de radicalización. Estigmatiza a unos y los convierte en sus enemigos, endilgándoles la culpa de todos los males de la sociedad… la izquierda y la derecha en el mundo han usado esa fórmula, con aparentes éxitos iniciales y con grandes crisis que terminan dejando profundas secuelas en las sociedades en donde se implantan”.

Profesionales entendidos de la materia nos indican que la mayoría de demagogos y populistas son sociópatas y exponen “7 pasos para identificar un sociópata” a saber: 1. Carencia de vergüenza ante sus actos. Puede actuar de manera incorrecta, grosera, soez hacia otras personas sin mostrar remordimiento o culpa y mucho menos asumir responsabilidad por sus actos. 2. Escucha con atención sus relatos. Los sociópatas utilizan como recurso o herramienta las mentiras a fin de ganarse la confianza de los demás. Por lo tanto, las mentiras son constantes, tanto así, que en ocasiones pueden generar mentiras sobre mentiras cuando están cerca de ser descubiertos e incluso creer que son verdades. 3. Tienen la capacidad de detectar las debilidades, inseguridades o tristeza de los demás y hacer uso de ellas a través de la manipulación. 4. Cambios de personalidad repentinos. Pasan de un estado de tranquilidad a volverse violentos o alterados, y volver a la tranquilidad y normalidad rápidamente. 5. Analiza su ego. Los sociópatas se consideran personas superiores a los demás, por lo tanto rechazan las críticas constructivas que reciben. El ego de esas personas crece junto con sus mentiras y serán aceptadas o creídas por aquellos a quienes manipula. 6. Puede estar en una situación de riesgo, emotivas o miedo y no demostrar ningún gesto de emoción o perturbación, salvo una mirada fría y fija. 7. Utilizan y exponen sus encantos, simpatía y cordialidad con los demás a fin de lograr cautivarlos y alcanzar sus objetivos. Suelen apoyarse en sus mentiras para llamar la atención de quienes lo rodean”. Si conoces uno, evítalo. Y mucho menos, vota por él.

Honduras ha tenido o tiene su ración de demagogos y populistas, pero ese “trastorno de la personalidad” ha sucedido y sucede en varias partes del mundo. Un demagogo o populista tiene también rasgos de mesianismo y culto de la personalidad. Es el que va a salvarnos y que todos debemos adorar, no puede estar equivocado y va solucionar complejos problemas con decisiones simplistas. Como se ha externado, todos los demás que se le oponen son corruptos, ladrones, tiranos, ignorantes, incultos, etc. etc.

Visto todo lo anterior y utilizando una frase hecha popular por estudios de cine: “Cualquier parecido con personas vivas o muertas, es pura coincidencia”. ¿O será una realidad?

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