Políticos decadentes

Políticos decadentes 

Por: Nery Alexis Gaitán
Habíamos analizado en el artículo anterior que la oposición política, específicamente la Alianza, con su desacertado candidato Salvador Nasralla, es una opción totalmente desvalorada y que no le interesa beneficiar a los pobres de Honduras en ningún aspecto. El rechazo de la hondureñidad está presente en todos los actos de la Alianza. Para muestra un botón: Nasralla declaró que su esposa irá a parir a los Estados Unidos porque no confía en los médicos hondureños, en evidente desprecio a los médicos catrachos y lesionando la dignidad de todas las mujeres hondureñas que paren sus hijos en nuestro suelo patrio.

A la Alianza se le ha unido el PINU, más por show mediático que por otra cosa, ya que no tienen ninguna fuerza política y su caudal de votos en las elecciones generales es insignificante. El Partido Liberal, que finalmente marcó distancia con la Alianza al ver que es una opción fallida y de oportunistas, no quiso hacerle el juego antidemocrático que caracteriza a Manuel Zelaya y sus secuaces.

Pero analizábamos la decadencia de los políticos hondureños en donde se ha demostrado hasta la saciedad que todos son deshonestos a carta cabal y, la excepción a la regla, hay otros que son peores. Hasta el momento ninguno ha salido con un galardón de honestidad en el ámbito político catracho.
Los políticos que han militado en los partidos tradicionales, desde siempre han erigido monumentos colosales a la corrupción. Y ninguno ha hecho la diferencia. Los políticos que formaron nuevos partidos, los minoritarios (incluso los novísimos), rápidamente se plegaron a los intereses de los políticos de siempre y estas nuevas agrupaciones solo son apéndices de los partidos tradicionales. Aquí no hay ninguna opción renovadora ni ningún nuevo planteamiento que beneficie a las mayorías.

El Partido Liberal, que en su momento ha promulgado ciertas conquistas sociales, ha estado invadido por caudillos a los cuales solamente les interesa la perpetuación de su dinastía. Democratizar ese instituto nunca ha sido la prioridad y así vemos que los dinosaurios políticos son inamovibles en los puestos de elección popular. Luis Zelaya, aunque joven, no ha traído sangre fresca a las filas liberales y continúa defendiendo estructuras partidarias del pasado. Su torpeza política es evidente al ser incapaz de renovar el partido y ofrecerle al pueblo hondureño verdaderas alternativas de cambio. Su discurso, que pasa sin pena ni gloria, es el mismo deslucido de siempre. Y de remate polemiza con gente de su mismo partido que no acata sus órdenes imperiales.

El Partido Nacional, por su parte, también ha sido cómplice en el descalabro económico del país. Víctima de caudillos, también ha defendido estructuras partidarias antidemocráticas y representa, igual que el Partido Liberal, los intereses de los grupos de poder que gobiernan Honduras. Los desastres de sus recientes administraciones les han pasado factura. El descalabro del IHSS ha dejado en evidencia la corrupción que ha imperado en ese instituto político. Aunque aquí hay que aclarar que los responsables de este ignominioso robo pertenecen a todos los partidos.

En síntesis, los políticos hondureños, decadentes hasta la médula, son los responsables del sufrimiento de los pobres de Honduras. Y lo más triste es que no se vislumbran políticos honestos que en verdad quieran ayudar a los más necesitados. El sufrimiento de las mayorías (desempleo, violencia cotidiana, mala salud, una educación de poca calidad, etc.) los tiene sin cuidado. Es mejor estar peleando entre sí para ver quién obtiene más beneficios personales.

Necesitamos urgentemente pedirles cuentas a los políticos y elegir personas honestas a los cargos de elección popular, que sí los ha de haber. ¡Los hondureños merecemos un mejor destino en la vida!

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