Pesadilla

Pesadilla

Por Armando Cerrato

Aunque los nacionalistas creen tener como en el banco la continuidad en el poder con un reelecto Juan Orlando Hernández Alvarado, el tema no deja de ser su peor pesadilla electoral de los últimos años, al no conseguir la regulación o reglamentación legislativa para que la reelección sea por tan solo un período más.

Pese a su creciente división interna las cúpulas dirigentes de los partidos de oposición han impedido que sus diputados caigan en la trampa de discutir una regulación o reglamentación de un acto violatorio de la Constitución de la República que lo tipifica como delito de traición a la patria, imprescriptible y su castigo exigible en cualquier tiempo por cualquier ciudadano.

El mal sueño nacionalista se debe a que la oposición podría unirse y de forma inteligente perpetuar en el poder a varios de sus dirigentes, no necesariamente utilizando la vía de la reelección, pero sí cumpliendo por etapas un plan de gobierno que recoja como sus ejes transversales lo mejor y viable de cada uno de los propuestos individualmente por los partidos de la alianza, dando continuidad además a todos los buenos programas emprendidos por quien quiere seguir aunque cometa delito constitucional.

Hasta ahora los integrantes de los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial y los organismos de su respectiva elección, más el Tribunal Supremo Electoral y Registro Nacional de las Personas -con las excepciones que confirman la regla- se consideran traidores a la patria cuyo castigo llegará más temprano que tarde si la oposición unida triunfa a menos que en un gesto de magnanimidad -nada extraño en nuestro sui generis sistema político donde el Presidente de la República, se cree todopoderoso.

Lo peor del caso es que la oposición hecha pedazos por las crecientes ambiciones personales de poder tanto partidario como nacional está por ahora imbuida en elecciones internas a realizarse en marzo para definir de una vez por todas sus nuevos cuadros de mando interno y candidatos oficiales a cargos de elección popular el último domingo de noviembre de este año.

Era entonces hasta que hayan pasado las elecciones internas que se definirá si habrá o no alianza opositora para sacar del poder a Juan Orlando Hernández Alvarado por la vía de la legalidad haciendo valer la voluntad popular a través del voto.

Hasta hoy solo tres partidos opositores de los nueve en liza han manifestado tener tendencia a la alianza: Libertad y Refundación, segunda fuerza política tras la última elección, el Partido Anticorrupción, cuarta fuerza y el de Unidad Social Demócrata, minoritario, pero en trabajo de convencimiento todos de los aspirantes del Partido Liberal, donde algunos de sus líderes más connotados, aún creen poder vencer por sí solos a los nacionalistas y sus aliados incondicionales de la Unificación Democrática y la Democracia Cristiana.

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