Advertencias de Trump

Advertencias de Trump

Por Álvaro Sarmiento
sarmientomalvaro@gmail.com

Hace algunos días la empresa Ford anunció que cancelaba la construcción de una nueva planta automotriz en México, una inversión de 1,600 millones de dólares que convirtió en otra de 700 millones en plantas en Michigan para crear 700 nuevos empleos en los Estados Unidos. Está claro que las grandes compañías automotrices de los EUA están tomando muy en cuenta la advertencia del presidente electo Trump de la imposición de un arancel del 35% a los automóviles fabricados en México.

Considerando que el costo de producción de un vehículo es 40% más barato en México que en los EUA, y que ya se han invertido más de 20,000 millones de dólares en los últimos diez años en nuestro vecino del norte, seguramente las tres productoras más grandes van a tener que hacer grandes equilibrios logísticos y políticos durante los próximos cuatro años para minimizar los efectos inimaginables que la nueva.

Seguidamente Trump a través de Twitter advirtió a la empresa Toyota que de ninguna manera dejará que los Corolla que piensan fabricar en su nueva planta en México entren a los EUA sin pagar impuestos fronterizos, simplemente dijo “no way”.

¿Y esto, hasta dónde impacta a nuestro país? Posiblemente poco, pero ya tenemos los primeros efectos cercanos. La industria maquiladora de arneses para automóviles en Honduras y Nicaragua ha hecho una apuesta estratégica para proveer a las industrias de autopartes en México, que han invertido millones de dólares en plantas en ambos países.

El Plan 20/20 del gobierno y sector privado tiene la meta de crear 600,000 nuevos empleos durante los próximos cinco años, una de las industrias clave fue la maquiladora de arneses de vehículos producidos en México y con destino a los EUA. De la misma manera maquiladoras en Chinandega, Nicaragua exporta anualmente más de 500 millones de dólares en arneses para plantas de automóviles en México.

Sin afán de ser alarmistas ni cosa parecida, todo indica que las reglas de juego del comercio internacional, algo esencial para la economía hondureña cambiarán los próximos años, seguramente veremos más conflictos comerciales o amenazas que harán mucho más difícil la atracción de inversiones, el principal elemento para la creación de nuevos empleos para nuestros jóvenes.

Esto implica prepararse y mejorar sustancialmente nuestra competitividad, replantearse hacia dónde se dirige la actual reforma tributaria y su impacto en las decisiones de potenciales inversionistas extranjeros. Asimismo fortalecer las instancias gubernamentales encargadas de la gestión de control fiscal y parafiscal del comercio internacional. Un indicador clave de esto disminuir el tiempo invertido en puertos marítimos y cruces fronterizos, algo que parece inminente al menos en las fronteras con Guatemala con la unión aduanera en julio próximo.

La reciente inauguración de la terminal granelera en Puerto Cortés con una ampliación sustancial que permitirá el manejo de 12,000 toneladas diarias de granos convierte a ese puerto en uno de los de mayor capacidad en la región. También se hizo público, que la operadora del Puerto invertirá en la construcción del muelle 6, lo que equivale a 350 metros nuevos de muelle y la incorporación de nuevas grúas post panamax. Todas estas nuevas inversiones deben ser acompañadas por esfuerzos similares en la gestión de importación y exportación de todos los actores del comercio internacional, transportistas terrestres, navieras, agencias aduaneras, administración aduanera y cuarentena, cuyos procedimientos y tecnología pueden ser apoyo o ancla a semejante inversión.

Un nuevo orden mundial comercial se avecina y como expresó un medio de prensa en China “tenemos flores en la entrada del Ministerio de Comercio chino, pero también grandes garrotes detrás de las puertas”. Nuestro país únicamente puede apostar por mejorar su competitividad y la capacidad de reinventarse frente a las nuevas reglas de juego del comercio.

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