ECONOMÍA EN EL AÑO POLÍTICO



ECONOMÍA EN EL AÑO POLÍTICO
¿ESTE año habrá posibilidad de reactivar la postrada economía y ofrecer suficiente aliciente a la iniciativa privada para que pueda generar fuentes de trabajo, con el fin de incorporar a la actividad productiva a ese enorme batallón de desocupados? Nos referimos a la conclusión lapidaria a que acaba de arribar la Comisión Económica para América Latina, ello es que “el modelo exportador al que se jugó América Latina no está funcionando y esto se refleja en la persistente desigualdad” por lo que “la región deberá superar el desacople que aún persiste entre la macroeconomía y la producción o la economía real”. En otras palabras, lo mismo que ya días hemos venido reseñando en esta columna editorial. Una cosa son las cifras macroeconómicas –que reflejan mejoría de algunos sectores de arriba a costa del apuro que sufren los de abajo– y otra el comportamiento de la economía en su contexto integral. La otra economía –la que abarca la masa mayoritaria de los que integran el mercado– no percibe esa dicha macroeconómica.

Hay factores que podrían contribuir y otros que sin duda van a entorpecer. Ya “no habrá incremento en la tarifa de la energía eléctrica en el 2017” revela el gerente de la ENEE. “El aumento de un 10 por ciento a la tarifa de la energía eléctrica –la segunda tanda del tarifazo que habría de aplicarse a inicios de este año, según establecía la resolución CREE-09– quedó suspendido desde antes de Navidad y se aplicará hasta que la ENEE haya logrado reducir las pérdidas, que son de 32 por ciento”. Además de lo anterior, informó que “ya fueron cancelados 5,400 millones de lempiras a los generadores de energía eléctrica y de esa forma quedan “limpios” de deudas durante los próximos 5 años, lo que garantiza la liquidez de la empresa como la seguridad a los generadores que se les harán los pagos correspondientes”. Lo otro, que podría incrementar en forma indebida el costo de operación de los que proveen empleo, es fijar un salario mínimo indebido. La inflación registrada es del 3.31% según datos del Bantral, por lo cual el ajuste salarial debe ser solo lo preciso para compensar esa cifra. Otro elemento externo importante es que las remesas familiares enviadas a Honduras en 2016 sumaron 3,958.7 millones de dólares, un 6.2% más que lo registrado en 2015. La estabilidad de esos recursos dependerá en mucho de la política migratoria que establezca la nueva administración en los Estados Unidos. Si se cierran las fronteras, se deportan miles de compatriotas, y se concreta la amenaza de imponer un impuesto a las remesas, esos ingresos van a sufrir.

Otra cosa buena es la promesa del secretario de Finanzas que, “no habrá más impuestos” para este año, ya que la tarea estará concentrada en mayor eficiencia en la recaudación. Lo que haría falta aclarar es que el Bantral devaluó la moneda en 1.38 lempiras el año pasado y este año considera que el lempira podría caer otros 1.10 adicionales. La estimación es que a finales de año el cambio sea 24.60 lempiras por dólar. Nadie desconoce que la devaluación sea un impuesto disfrazado. Encarece todo lo importado, incluyendo el consumo básico en el mercado. Encarece el precio de la gasolina cuyo costo se ha disparado, tanto por el deslizamiento de la moneda como por la maldad del odioso cartel de la OPEP al recortar el suministro. Como este año es político, lo menos que pudiera desear el gobierno es la economía “real” –la de abajo– trastabillando o brotes de insatisfacción.

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