Hacia dónde va la humanidad
Hacia dónde va la humanidad
Por Mario E. Fumero
Nuestra Latinoamérica ha sido dominada en sus 500 años de existencia como un territorio conquistado por varias potencias. Los españoles, ingleses y portugueses nos colonizaron con el afán de lucro, poder y riqueza. En este proceso tribus indígenas y culturas avanzadas fueron exterminadas, y otras fueron sojuzgadas y esclavizadas, imponiéndose nuevos esquemas de valores mediante una religión sin principios ejemplificantes.
Mientras el Norte de América fue colonizada por inmigrantes ingleses y franceses que escapaban con sus familias de la persecución religiosos existentes en Europa. Se les conocía como los peregrinos. Mientras en el Centro y Sur de América los corsarios y piratas, así como los aventureros ingleses y españoles llegaron para explotar, exterminar e imponer por la fuerza la colonización, esclavizando y abusando de los aborígenes por medio de la fuerza y la muerte. Cuando no pudieron someter a los indios a sus caprichos los exterminaban, trayendo de África esclavos para que explotaran las tierras que les daría el poder a las coronas de Inglaterra, España y Portugal.
En Cuba y Santo Domingo los indios Tainos y Siboneyes, junto a otros grupos, resistieron la conquista española, siendo exterminados. Lo mismo ocurrió en México con los aztecas, y en América del Sur con los Incas, culturas muy avanzadas que se destruyeron. Estos hechos evidenciaron que la voracidad de los gobernantes bajo los dominios extranjeros, dando origen al fenómeno histórico más terrible de la humanidad “la explotación del hombre por el hombre y la corrupción de la política”. Esta enfermedad que genero el deseo de poder y riquezas es un mal heredado de los españoles, ingleses y portugueses.
En los albores del siglo XX todos los países iberoamericanos se liberaron del colonialismo, proclamando una aparente “soberanía”, palabra que va mas allá de lo que actualmente se entiende, porque para ser soberano, debemos depender en todos los aspectos de nosotros mismos, y no estar sujetos a factores impositivos que controlan, por medio del poder económico, la conducta de los pueblos mediante organismos internacionales que imponen pautas contrarias a los valores tradicionales. Quien no le debe a nadie es libre, y entonces es soberano, pero cuando un pueblo se endeuda, se hace esclavo del acreedor, y este puede manipular sus decisiones.
Durante el Siglo XX, y después de dos guerras mundiales, se perfilaron dos potencias con dos filosofías diferentes; El capitalismo de los Estados Unidos y de los países industrializados del Este de Europa, y el comunismo que dominaba el bloque de la extinta Unión Soviética, que abarcaba los países del centro y oriente de Europa. Estas dos ideologías se polarizan después de la segunda guerra mundial, naciendo la llamada “guerra fría”, en donde ambas influencias absorbieron y conquistaron adeptos que por medios violentos y dictaduras militares se impusieron en América Latina.
Con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS, el comunismo cae en fracaso, y el sistema capitalista invade todo el mundo, incluso aquellos países contra los cuales lucho Estados Unidos, como fue Vietnam. La China Comunista se abre al sistema capitalista, solo permanecen dos países puramente comunistas, que son Cuba y Corea del Norte, los cuales se aferran a esa ideología, que en muchos lugares se transforma en un socialismo mezclado con ideas capitalista y en otros, usando la democracia como trampolín, imponen una economía socialista radical.
Estos factores convierten al dólar norteamericano en la moneda fuerte del mundo, y con ello su hegemonía como potencia indiscutible hasta que se consolide la Comunidad Económica Europea, apareciendo su moneda, el Euro. Es entonces que el crecimiento de la economía europea y el fortalecimiento del Euro aparecen como fantasma frente a la crisis económica norteamericana. En su intervencionismo en el medio oriente, Se debilitan el poderío económico norteamericano. El costo de la guerra en Irak, por ejemplo, que le costó a cada familia norteamericana 24,600 dólares , y el dólar que se mantiene artificialmente a flote, poniendo en peligro a los países que usan el dólar como factor de cambio.
Está latente la posible caída del imperio norteamericano con su moneda, arrastrando consigo a todas las economías del mundo, y como un bumerán, el efecto negativo se dejará sentir creándose una crisis mundial impredecible. Es por ello que no podemos hablar de independencia cuando dependemos del factor monetario extranjero. Algunos países se plantean sustituir su sistema de operaciones internacionales descartando el dólar, y acudiendo al Euro, moneda que cada vez se hace más fuerte o al denominado “dinero virtual”.
Los acontecimientos políticos de los últimos cincuenta años y la realidad actual de la humanidad nos llevan a comprender que vamos hacia una crisis financiera caótica, y que el poderío norteamericano está en un proceso de declive, debido a su endeudamiento en relación a sus implicaciones bélicas en el Medio Oriente.
Nos enfrentamos al cumplimiento profético del surgimiento de un líder mundial que salvará a la humanidad de lo que es casi una hecatombe económica y social, agudizada por los fenómenos ecológicos, producido por el cambio climático. La Biblia nos da las bases para tomar conciencia de lo que viene y prepararnos hacia lo que inevitablemente se aproxima, pues dice la Palabra que “El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño” Proverbio 22:3.
¿Qué futuro nos espera? ¿Cómo enfrentar la escasez, hambruna, calamidades y controles que se avecinan? ¿Cómo aparecerá el anticristo y sobre cuáles bases sustentará su política mundial? ¿Estará la iglesia y los cristianos proclamando un evangelio contrario al designio profético? ¿Es nuestro estilo de vida actual sostenible en un futuro inmediato? Todas estas preguntas debemos analizarla fríamente a la luz de la Biblia.
mariofumero@hotmail.com
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