Comprar productos estadounidenses y dar empleo a estadounidenses
Por Antonio Flores Arriaza
ideasafa1@gmail.com
Llegó el día de la instalación de Donald Trump en la Presidencia de USA. Y, obviamente, el tan esperado discurso en el que, se espera, diera una idea de sus expectativas ahora que ya estamos hablando en serio.
Pues resulta que el discurso ha sido tan decepcionante como fueron sus promesas proselitistas. Ha sido un discurso analogado desde el estilo altamente populista de Maduro hasta con el discurso de Bane, el delincuente de la película de Batman. Y, es que este último parecido es realmente notable.
Ha sido un discurso altamente simplista que resuelve el futuro económico de USA con la estrategia “comprar productos estadounidenses y dar empleo a estadounidenses”. Una receta con un buen empaque pero demasiado elemental para ser real y funcional. Ahora en diciembre estuve viajando por el valle de Napa y visité algunas nuevas ciudades en ese precioso y amplio valle. Ese valle es parte de California, uno de los estados que aportan gran parte de la comida a los USA. Lo que menos vi por allí fueron “gringos”, mientras abundan los mejicanos. Son estos los que trabajan en esos campos y los que se esfuerzan para darle de comer al país. Sería interesante ver qué sucedería si quienes trabajaran esos campos fueran “gringos”. Seguro que el precio de la comida subiría notablemente en todo el país. Lo mismo sucederá si Trump regresa todas las empresas.
Su discurso fue adornado con el inicio populista de “vamos a regresar el poder al pueblo”. El único momento en el cual el pueblo realmente tiene poder es cuando marca para dar su voto. Luego, el pueblo ni se entera de las decisiones que toma el gobierno. ¿O acaso tuvo poder de decisión el pueblo cuando Bush llevó la guerra a Irak? ¿O ha decidido el pueblo qué valor tendrán los impuestos?
Nuevamente retomó su ofrecimiento a los “gringos” de tierra adentro que han sido olvidados por Washington, es decir, por los políticos que en las mieles del poder, se olvidan de la gente que está lejos y que solo visitan cuando quieren su voto. Se expresó con una violencia metafórica que puede impactar al auditorio al prometer que “la matanza terminará ahora mismo”, al referirse al sufrimiento de algunos sectores de la población, destacándose aquellas víctimas de las drogas. Pero, suprimir estos problemas no es algo que se puede detener ya. Así como en su instalación presidencial el presidente Colón de Guatemala prometió que en seis meses terminaría con la delincuencia. Y muchos le creyeron.
Trump se quejó de que USA ha subsidiado a otros países y que ha defendido otros países en vez de defender las fronteras de USA. Esta declaración sí que fue populista. USA es el principal exportador de armas al mundo y este es uno de sus principales negocios. Ya veremos qué le sucederá a la economía de USA si sus tropas son regresadas a las fronteras del país. Solo esta decisión haría que la economía de USA se viniera al suelo. Muchísimos norteamericanos se quedarían sin trabajo. Y muchas empresas vinculadas tendrían que cerrar, ¿será ingenuo?
Denunció que la riqueza se ha ido de la clase media de USA hacia otros países. Lo que ha sucedido es que los empresarios “gringos” se han llevado sus fábricas a lugares en los cuales la gente trabaja por sueldos de hambre, como en China o en Honduras. Y, con promesas como estas, Trump ofreció que USA ganará como nunca. Ahora es comprensible por qué Trump ha fracasado tantos de sus negocios, quiebras que le han permitido no pagar impuestos por acogerse a las leyes de quiebra. En vez de sacar a la gente de la beneficencia (como dijo) y darles trabajo, con estrategias como estas, multiplicará la beneficencia.
La declaración muy interesante que implicaría suprimir muchas guerras en el mundo fue “no buscamos imponer nuestro estilo de vida a otros”. Esta declaración llevaría a que USA abandone su visión imperialista y veríamos desaparecer desde bases aeronavales de USA en diferentes partes del mundo hasta el cierre del AID.
El discurso fue internamente contradictorio. Además de lo citado arriba, dijo: “Cuando se abre el corazón no hay lugar para prejuicios”, inmediatamente después de haber amenazado con erradicar el extremismo islámico. Y ya antes había prometido no inmiscuirse en las creencias de otros.
Finalmente, hizo un cierre recurriendo a argumentar que contará con la protección de Dios porque todos hemos recibido la vida de Dios. Este cierre también debería obligar a respetar la vida en cualquier lugar del mundo. Este cierre buscó ser respaldado por una multitud de representantes de grupos religiosos, iniciando por la Iglesia Católica. Pareció que Trump busca recibir el respaldo de todas las denominaciones cristianas. Hasta los mormones fueron invitados al colocar su coro en la agenda. Esperemos que Trump no quiera manipular haciendo uso de la religión para buscar ser el nuevo ungido en la sociedad estadounidense y esperemos que la religión no sea usada para justificar sus decisiones. El cristianismo en América Latina ya logró quitarse la acusación de ser un arma de penetración del imperialismo norteamericano, esperemos que los cristianos no se dejen utilizar una vez más.
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