Una broma de mal gusto

la tribuna

“Se empieza de bromas y se termina de veras”

Por Boris Zelaya Rubí

El Presidente de la República no debe caminar con el ceño fruncido, demostrando mal carácter. Su alto cargo lo obliga a transmitir optimismo y confianza a la población, como lo ha hecho hasta la fecha. La broma de su nuevo lanzamiento ha sido peligrosa y de mal gusto, algunos adversarios de su propio partido político y los otros con diferente ideología que pretenden el control de la nación, han de haberse llevado tremendo susto, y sin querer o no medir posibles consecuencias, puso en riesgo sus existencias terrenales, ese anuncio les pudo provocar un infarto o un derrame, sobre todo a los ancianos que le apuntan a otros candidatos, pensando que pasarán sus últimos años pegados a la ubre del Estado.

Con respeto le hacemos un llamado de atención al mandatario, por poner en peligro las vidas de algunos que ya están en la etapa final de su viaje por el orbe. El anuncio de continuar al frente del Estado como lo esperan sus seguidores (la mayoría del nacionalismo, menos un grupúsculo de indecisos o confundidos, que a la hora de votar lo harán correctamente y no por perdedores).

La broma palaciega, pasará a la historia ya sea como sondeo estratégico para oír las respuestas del pueblo por la reelección o como una gracejada del mandatario, pues ha creado una avalancha de comentarios y hasta que limiten las aportaciones para las campañas de los adversarios, o la frustración de aquellos que están sacando sus “ahorros” que tanto sacrificio les ha costado, ostentando como profesión ser diputados.

Nos imaginamos a los que la continuidad del mandatario, por el deseo expreso en las urnas, los aleja para siempre del poder, están preparando sus escritos para todas las organizaciones extranjeras (ONG’s) que son proclives a los gobiernos de izquierda, cobijados bajo el manto de las consignas del Socialismo del siglo XXI, denunciando que el pueblo ha sido coaccionado para aceptar la violación a la Constitución de la Republica, y no dudamos que hayan hecho fila tocando las puertas de los cuarteles exigiendo a los “garantes de la paz y tranquilidad del país” que actúen de forma inmediata, porque los aterroriza perder lo que ha sido su modus vivendi por muchas décadas, alrededor de los “torones” políticos, prefieren encontrar un hálito de vida cómoda, fomentando una escaramuza como ha estado amenazando el “Tal Mel” gritando que no llegaremos a las elecciones.

Hay circunstancias que obligan, en esta oportunidad a los nacionalistas, a ponerse de acuerdo, les guste o no les guste. No tenemos más que un candidato con posibilidades de triunfo, eso motiva a los adversarios del Partido Nacional a sembrar el caos buscando cualquier pretexto para crear un escándalo que afecte al actual gobernante y apartarlo del camino que sin manifestarlo oficialmente, mantiene hasta el día de hoy.

Tratar de continuar con la eliminación del tráfico de drogas y el daño que estas ocasionan a la juventud y poco a poco seguir atacando las causas de las grandes desigualdades sociales, son luchas titánicas, y lo que todos los hondureños pedimos a nuestras autoridades: ¡seguridad!

Señor Presidente, después de la broma que les jugó, la chismorrería social le ha dado diferentes tintes a sus palabras, no faltan los que opinan que fue intencionada y maliciosa. Desde ya están prendiendo candelas, pidiéndole a todos los santos ¡unos porque la guasa se haga realidad y otros porque no suceda!

Solo falta que esas inocentadas que han causado fricciones innecesarias, dejando secuelas desagradables e imborrables entre los políticos de oficio, lleven al “indito de Lempira” a los juzgados, por provocar trastornos mentales y aumentar la clientela de los psiquiatras, ya que sus consultorios han de estar, como dice el vulgo ¡hasta la pata!

De rodillas solo para orar a Dios.