Recomendaciones para evitar y restarles ventajas a los delincuentes

Recomendaciones para evitar y restarles ventajas a los delincuentes

José Antonio Pereira Ortega
Coronel ® japo916@yahoo.es

Tal y como lo he señalado en otros artículos y a manera de insistir en orientar a las personas para enmendar los malos hábitos en seguridad, inicio recordando que para la perpetración de una acción delictiva se necesita una víctima y un victimario, cualquier actor adicional aparecerán después del hecho independiente de las consecuencias (parientes, medios de comunicación cuando hay sangre o muerte, y si tiene suerte una ambulancia y la policía pueden llegar), pero reitero es plena responsabilidad de cada uno de nosotros tomar medidas preventivas para endurecer nuestra vulnerabilidad y evitar ser víctima.

Estoy seguro que muchos estarán en desacuerdo con mi opinión dado el escepticismo que produce la ola de inseguridad que vivimos, la cual nos expone a todos a ser víctimas en potencia, pero por esa razón es preciso ser objetivos, reflexionar y reconocer que somos nosotros los que debemos tomar medidas pasivas y activas, no seamos conformistas y descargarle el problema a terceros.

Por lo anterior, comparto una propuesta enfocada en restarle las facilidades u oportunidades al delincuente, una especie de dificultar y disuadir a este a desistir, desmotivarlo respecto a indicarle que no seremos blancos fáciles, ni la victima ideal o descuidada para cometer su fechoría. Con ello se obligará al antisocial a cambiar de blanco, ya que él opera cuando tiene la oportunidad fácil que puede atacar con plenas ventajas para él, de manera rápida y sin mayores riesgos.

Tomo las referencias de estudios y escritos de expertos como los del Grupo ASIS de México, quienes en su manual de seguridad refieren cinco estrategias de prevención para evitar situaciones que favorecen la comisión de uno o varios delitos, tomando los hechos que componen El cuadrado del delito es decir: La tentación, la oportunidad, el tiempo para cometerlo y los riesgos del mismo y que ya hemos cubierto en artículos anteriores.

Las observaciones en mención son:

1. Las que reducen la tentación a cometer la delincuencia.

2. Las que facilitan el esfuerzo de los delincuentes.

3. Las que crean y aumentan los riesgos de los delincuentes.

4. Las que reducen las ganancias de los delincuentes.

5. Las que suprimen las excusas para delinquir.

A continuación una breve explicación:

1. Las que reducen la tentación a cometer la delincuencia.
Para esto se deben tomar medidas pasivas y activas, que irán en relación a la capacidad de cada quien y al deseo de proteger adecuadamente su vida y sus bienes, lo elemental es convencerse que debe hacerse algo, así por ejemplo: Evitar las rutinas, instalar o mejorar barreras físicas, aumentar la iluminación perimetral que fomente la vigilancia natural, empleo de recursos tecnológicos como alarmas, cámaras de seguridad, controles biométricos, incremento de vigilantes, evitar salir solo a la calle, preservar sus datos personales etc.

2. Las que facilitan el esfuerzo de los delincuentes.
Esta referida al énfasis de nuestros malos hábitos en seguridad y del descuido recurrente de la probable víctima y de la acción delictiva propuesta y planificada del antisocial, que toma su actuación como “un trabajo”, desde la selección, vigilancia de la probable víctima hasta la perpetración de la acción delictuosa, por medio de la cual logra atemorizar, reducir y actuar con ventaja sobre su víctima, saliendo airoso en su propósito.

3. Las que reducen las ganancias de los delincuentes.
Para el delincuente esto es un negocio, y nosotros evitarlo. Esto propone evitar despertar la tentación al delincuente, tomando medidas de ocultamiento y asegurando sus bienes como objetivos básicos del delincuente, utilizando cajas de seguridad, bodegas seguras, limpias y en orden, que le permitan detectar por simple inspección las pérdidas. No dejar objetos a la vista que provoquen una acción delictiva. Al ver esto el delincuente se retira a buscar mejores oportunidades donde pueda tener ganancias.

4. Las que reducen la incitación a la delincuencia.
Con campañas promovidas desde el hogar, el vecindario y organizaciones sociales que generen un estado de paz y tranquilidad, apoyada con la seguridad colectiva en los barrios y colonias, lanzando mensajes de buena vecindad y solidaridad lo cual fortalecerá las condiciones para enfrentar en conjunto con las autoridades a los individuos, grupos y organizaciones criminales.

Entre estas acciones debe inculcarse el restarle el culto a la personalidad del criminal, neutralizar los grupos de presión, el control en su vecindario y ciudad de la distribución, venta y consumo de drogas, la pornografía infantil, irrespeto a la propiedad intelectual, la censura a los modus operandi de los delincuentes vía narconovelas, narcocorridos, para disuadir a los individuos o grupos locales imitadores en promoción del desorden y la inseguridad.

5. Las que suprimen las excusas para delinquir.
Por lo general el delincuente asume que la sociedad es la culpable de su condición, quiere hacer creer que la sociedad les debe, creando con ello mecanismos de defensa, justifican que actúan así por la condena social a su condición dentro del Estado. Se forjan así las excusas que un delincuente puede emplear para racionalizar o justificar sus acciones, estableciendo reglas, mediante contratos o códigos de conducta, fijando instrucciones mediante anuncios u otras acciones colectivas. De nuestra parte debemos contrarrestar y negar su posición ante la sociedad.

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