Morazán turista

Morazán turista

Por: Benjamín Santos
No me mire así, que es una broma. En realidad a lo largo de nuestra vida nos han presentado a Morazán con diferentes perfiles. Como el hombre guapo del cual se enamoraban mujeres solteras y casadas como la señora Zelayandía de Ruiz, madre de su hijo José Antonio Ruiz que lo acompañó en sus luchas hasta en Costa Rica. Al final se encontró con la viuda de don Esteban Travieso con quien se casó en 1826. En total tengo entendido que fue padre de cuatro hijos varones y una mujer, la única de su matrimonio con doña Josefa Lastiri. Lástima que el cine tendría que esperar hasta finales de siglo para ser inventado, porque según algunos hubiera podido ser un galán de la cinematografía.

Luego y con mayor seriedad se nos presenta a Morazán como militar, pese a que nunca estuvo en un centro de estudios militares y tampoco usó uniforme. Dos exsoldados de Napoleón que lucharon al lado de ambos héroes escribieron un paralelo entre el corso y Morazán con ventaja para este por haber sido un gran estratega sin haber estudiado. Para comprobarlo basta leer la descripción que hace el mismo Morazán en sus memorias sobre sus batallas, especialmente la de Gualcho, en cuya presentación abunda en detalles. En vista que es lo más parecido a un militar con que cuenta la historia patria, la institución armada lo ha tomado como su símbolo emblemático.

Después se nos ha presentado a Morazán como alguien que dominó y tomó como guía la filosofía de la ilustración europea, pese a que como sabemos, apenas estudió 18 meses en escuelas privadas. Pese a esa limitación sus escritos y sus acciones lo revelan casi como un intelectual de su tiempo. Su estilo elegante y claro deja traslucir una gran inteligencia, pero además un carácter bien formado para grandes batallas. Para comprobarlo basta leer el Manifiesto de David y otros escritos del prócer.

Algunos que confunden la santidad con el heroísmo y la sabiduría, le reprochan a Morazán que no haya sido un santo, pero en realidad no fue esa su aspiración y tampoco lo fue. Así como Valle no fue un héroe, Morazán no fue un sabio en el sentido de dominar varios campos del saber humano y así tampoco fue un santo.

Podemos discrepar en las apreciaciones anteriores, pero todos coincidimos en que el ideal al cual sacrificó su vida el héroe fue la Unión de Centroamérica. Declaro que mi amor a Centroamérica muere conmigo. Lástima grande que su ideal encontró en el sistema federal que copiamos de USA su principal enemigo. La situación económica, social y cultural del istmo conspiraba contra la unión de las cinco provincias bajo un sistema complejo, caro y que requiere una clara definición y respeto a la distribución de las competencias entre la federación y los estados federados. La Constitución Federal creó una enorme confusión empezando porque no creó un distrito federal como sede de las autoridades federales y le tocó a Morazán estar de posada en Guatemala y después en El Salvador.

Lo que nunca habíamos hecho es convertir a Morazán en turista y dedicar el aniversario de su nacimiento en tiempo apropiado para el turismo interno. ¿Tiene algo de malo? Pues en sí mismo, no. Morazán recorrió el triángulo norte de Centroamérica con mayor frecuencia por su esfuerzo por expulsar a las tropas federales de su invasión a los estados que debieron respetar y en la etapa final de su vida estuvo en David, hoy de Panamá y entonces de Colombia, en Perú y finalmente en Costa Rica donde fue fusilado por la sospecha de que intentaba usar a Tiquicia como base de un nuevo intento de unir a Centroamérica por la fuerza. Ninguno de esos viajes los realizó Morazán en relación con el turismo de playa, ecoturismo o cualquiera de las diferentes modalidades del turismo como diversión. Nada tiene, sin embargo, de malo que utilicemos la semana llamada Morazánica para conocer mejor a nuestro país, siempre que lo hagamos de una manera creativa e inteligente y que llenemos de otra manera por esfuerzo propio el vacío que llevarán las nuevas generaciones en el conocimiento del héroe. Si eso se logra, adelante con Morazán turista.

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