Las elecciones internas: ¿de dedo?

Las elecciones internas: ¿de dedo?

Por Boris Zelaya Rubí

“Para algunos ciudadanos e incluso teóricos de las ciencias políticas y sociales, la moral y la política, son como el agua y el aceite, que no se pueden juntar; bajo este criterio la una excluye a la otra: si se quieren sostener los valores morales como soporte de la conducta no se debe participar en política, por ser esta amoral y antiética por naturaleza”.

Está por aprobarse una ley de financiamiento, transparencia y fiscalización de los partidos políticos y campañas electorales, un paso gigantesco para mejorar nuestro sistema democrático, siempre y cuando los políticos no se repartan los cargos de los comisionados, lo que conduciría a crear otro elefante blanco.

Según lo expresado por el Presidente de la República al aproximarse las justas electorales internas, en el sentido de la conveniencia de la renovación de las personas que integrarán las curules del Congreso Nacional, por el momento no pasa de ser buenos y patrióticos deseos, pues serían aplicables de su parte si llegase a liderar algún movimiento político.

Desde ya, están aprovechándose de la intención de complacer al electorado por el Presidente Juan Orlando Hernández de sustituir a los impopulares.

Ha sido como miel sobre hojuelas, para los “sátrapas políticos”, que llamarán a las filas de sus minimovimientos, a los que desean morir siendo diputados y continuar fabricando negocios al amparo del poder. Los nacionalistas le negarán el voto a los vividores haraganes, por el bien y más triunfos del partido, el pueblo ha dejado atrás su conformismo e indiferencia a los que a través de diputaciones solo piensan en su bienestar olvidando que se deben al pueblo.

Los requisitos para aspirar a las diputaciones en procesos anteriores, entre los más conocidos popularmente han sido: pariente o amigo del candidato a la Presidencia, familiar o amigo de la futura primera dama, pariente del jefe de las Fuerzas Armadas. También ser apadrinado por un grupo de empresarios millonarios que aporten económicamente al partido cuyas intenciones estén lejos de interesarse en salvar la democracia sino el tráfico de influencias. Ser financiados por el bajo mundo con el dinero mal habido. Ganar en elecciones internas con tal cantidad de votos imborrables. Estar ciegamente dispuestos a recibir órdenes de los dueños del partido para callar, hablar y levantar la mano como marionetas. Los segundos frentes, amorcitos o hijos de los magnates.

¿Quién decide los nombres de los aspirantes a cargos de elección popular en la papeleta electoral en cada departamento del País? El pueblo tiene que votar forzosamente por los que van y si deja alguna casilla en blanco ¡en la contada lo marcan!

Las elecciones seguirán siendo un simulacro de libertad para escoger nuestros dirigentes mientras imperen los diputados “de dedo” como se les dice a los impuestos por las argollas de turno en los partidos políticos del país, que quieran una vida sin trabajar, que la mayor parte del tiempo se consume platicando con el vecino y tomando café, o esperando órdenes o dinero para votar por los intereses que no son en beneficio del pueblo.

¿Quién seleccionará los mejores hombres para ser parlamentarios en Francisco Morazán? ¿Y las mujeres siendo unas perfectas desconocidas a nivel departamental, tendrán que ser incluidas porque lo contrario es “discriminación”? Un buen analista político de nuestro patio, dijo: “…para ser un buen vendedor se necesita conocer el producto, para ser un buen diputado, se necesita conocer hasta el más pequeño caserío del departamento que quiere representar…”.

Aunque por experiencia sabemos que las elecciones internas nunca han sido limpias, por lo menos en la participación de varios movimientos internos los nacionalistas del departamento, pueden escoger entre los que impone cada movimiento que participe, y se verá forzado a seleccionar entre los menos malos. Por nuestra parte, la única e invariable votación por el momento, será por el gran parlamentario abogado Oswaldo Ramos Soto.

Los diputados que integrarán el Parlamento Centroamericano o ¡tumba política! como se le ha llamado, por la mínima importancia de sus pomposas intenciones sin resultados, ¿también serán de dedo?

¡Hay que ganar las elecciones antes de las elecciones!

De rodillas solo para orar a Dios.

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