CON LOS CALZONES ABAJO
CON LOS CALZONES ABAJO
HASTA ahora, la debacle de los precios del crudo es el factor exógeno –como regalo caído del cielo– que mayormente ha beneficiado las cuentas financieras del Estado. Sin contar los de años anteriores. Solo en el año 2015 el país se ahorró $532 millones en el pago de la factura petrolera. Hasta julio de este año se beneficiaba con un ahorro de 260.5 millones de dólares, resultado de la baja de 29.8% del precio promedio de los carburantes. El impacto positivo se puede medir de distintas maneras. Menos presión sobre las reservas internacionales. Precios más baratos en las bombas de gasolina para los consumidores que, podrían ser aún menores de no ser la cadena de distribución en la que cada cual que interviene cobra su buena tajada. El ahorro en el valor de las importaciones de bunker ha permitido que la ENEE salga de su insolvencia, absorbiendo todos esos millonarios ahorros, sin trasladar un tan solo centavo al consumidor. Al contrario, lejos de trasladar los beneficios, en meses recientes han subido las tarifas castigando la industria, los hogares y a los demás consumidores.
Los países petroleros que durante varios años exprimieron las economías de los países importadores vendiendo su crudo a precios exorbitantes no han estado a gusto con vender a precios justos y quieren más. Mayor grosería ha sido para estos países acabados que, de rodillas, iban a pedir a los dueños del crudo –sentados en cofres llenos de petrodólares– que les tiraran de su mesa unas migajas y que en acto misericordioso les dieran financiamiento para pagar lo que les costaba un ojo de la cara. Así que no dejó de ser un acto de justicia divina que los precios del crudo se desplomaran, para respiro de estos pueblos menesterosos. Sin embargo el oasis de los precios bajos no podía durar una eternidad. Desde ahora el gobierno debería volarle ojo a estas tendencias que podrían malograr cualquier expectativa de alivio económico e ir diseñando, junto con la iniciativa privada, un plan de contingencia. El precio del crudo al día de ayer, 51.35 dólares el barril, experimenta su valor más alto en un año, impulsado por el compromiso de Rusia de adherirse al acuerdo de OPEP de congelar la producción. Es el mismo ardid utilizado por el odioso cartel. Los países petroleros se ponen de acuerdo en reducir la oferta del producto para obligar una escasez que dispare los precios en el mercado internacional. Es la forma como han manipulado los precios en el mercado.
Ahora bien, no contaban con los avances tecnológicos implementados en los Estados Unidos. La técnica del “fracking” permitió liberar inmensas reservas de hidrocarburos atrapadas en las formaciones rocosas sedimentarias debajo de la superficie. El proceso consiste en el “perfeccionamiento de las técnicas de perforación inyectando fluidos a alta presión en el suelo para fracturar hidráulicamente la roca y crear las vías de escape para el crudo y el gas atrapado (fracking) para luego extraerlos comercialmente”. Este ha sido el principal factor que ha mantenido el precio del crudo a precios razonables. Hasta ahora que Putin decide intervenir, aliándose a la OPEP, para influenciar el alza de los precios. Como nosotros no somos más que simples espectadores, lo que conviene es prepararse para que no nos agarren con los calzones abajo. Deben revisar la carga tributaria que pesa sobre la iniciativa privada, porque si no hay reactivación económica y sube el precio del crudo, no hay cantos de sirena que valgan.
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