Y llegó el barco… y salvamos a los gringos

Y llegó el barco… y salvamos a los gringos

Por Antonio Flores Arriaza

Honduras ha recibido el barco de apoyo logístico que ha comprado a Colombia fabricado por COTECMAR. Algo que habíamos analizado en este mismo medio. Realmente, es una nave de desembarco capaz de depositar tropas y unidades militares en una playa. Pero, el gobierno ha declarado que lo utilizará para cumplir dos tareas: brindar ayuda humanitaria a personas que se encuentren necesitadas de comida, medicamentos, ropa y otros recursos para atender necesidades de nuestros compatriotas. Su primer viaje ha sido con destino al departamento de Gracias a Dios (La Mosquitia), en donde sabemos, existen comunidades a las que no se puede acceder fácilmente desde la tierra o desde el aire, pero sí es posible hacerlo desde el mar aprovechando que este navío de desembarco puede hacerlo sin necesidad de un muelle. Asimismo, este barco podría permitirnos brindar atención humanitaria a otros países hermanos que sufran alguna desgracia natural en toda la costanera del mar Caribe. Pero, también, el navío, puede servir como una “base naval” móvil que, colocada en un punto estratégico, podría transportar lanchas rápidas para interdicción de lanchas de narcotraficantes y, de esa manera, potenciar nuestro escudo marítimo.

El barco se llama “Gracias a Dios”. Me hubiera gustado que se llamara “Contessa”. Usted creerá que es una locura antojadiza de mi parte. Me explico.
Durante la Segunda Guerra Mundial nuestro país se sumó al esfuerzo de los aliados en la guerra ante los nazis. Estos invadieron el norte de África para buscar los recursos petroleros que no poseían en su territorio. Así que Hitler envió allá a uno de sus mejores generales: el mariscal Edwin Rommel. Es que la misión era vital y buscaba asegurarla. Los aliados reaccionaron y enviaron una fuerza expedicionaria básicamente de tropas inglesas al mando del mariscal Montgomery (Monty) que era lo mejor de los ingleses. Los USA aún no había entrado en combate. Lo hicieron allí en el norte de África a la altura de Marruecos. A los inexpertos soldados del Tío Sam no les había ido muy bien. Los alemanes eran soldados bien entrenados y con experiencia de combate. Así que les dieron una muy poderosa “bienvenida” en su bautismo de fuego.

“Al anochecer del día 10 de noviembre de 1942, el barco Contessa, navegaba por el río Sebú procedente del puerto Lyautey, en el Marruecos francés. Bajo su cubierta llevaba municiones y gasolina destinadas a una fuerza mecanizada de USA, detenida en su avance, a trece kilómetros en el interior, por el fuego de los combatientes de Vichy (franceses al lado de los nazis). El Contessa, bajo recio bombardeo, llegó hasta donde se encontraban las tropas y descargó sus abastecimientos. Cuando terminó la acción, con la ocupación de un fuerte que estaba muy bien defendido y artillado, el comandante de las fuerzas estadounidenses pidió la bandera del Contessa para izarla en aquella plaza. No era la bandera de USA. Era una bandera azul y blanco: la bandera de Honduras. Y así, la bandera de Honduras fue uno de los primeros emblemas aliados izados en el norte de África. El personal que navegaba en el Contessa por el río Sebú y que descargó el buque bajo el fuego enemigo: era una tripulación totalmente hondureña. Hoy, la bandera que fue izada en el norte de África como símbolo del aporte de Honduras en el esfuerzo de guerra, está otra vez en Tegucigalpa. Pero, otras banderas hondureñas siguen cruzando el Atlántico en los barcos de ese país que llevan abastecimientos para los frentes de guerra. Hay unos mil marinos hondureños que tripulan esos barcos. Ciento cincuenta de ellos han perecido en el mar, en los hundimientos del Comayagua, el Tela, el Castilla, el Baja California y el San Blas. Los aviones de este país han contribuido a patrullar las aguas del Caribe en busca de submarinos enemigos. En la construcción de los aviones “mosquitos” se usa la caoba de los bosques hondureños. Cuando todos los barcos de carga disponibles fueron requisados para el tráfico de guerra, quedó poco espacio para atender las necesidades del transporte al mercado exterior del principal producto del país: el plátano”. Esta cita histórica se ha tomado textualmente de la revista “En guardia. Para la defensa de las Américas”, que fue una revista que entonces producía la Oficina de Información de Guerra de los Estados Unidos.

Así que aquí estamos otra vez: aportando un barco para salvar a los gringos. El Contessa fue el escudo que permitió que los gringos lograran ganar una posición y avanzar sobre los nazis para, finalmente, derrotarlos en el Alamehin y sacarlos de África. Ahora, gracias a Dios, colocaremos nuestro barco en medio del mar y así parar la droga para que no derrote a los gringos. Mientras nuestros representantes ruegan que no nos paren el TPS.

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