Cinco formas de ganar la guerra contra la contaminación
Cinco formas de ganar la guerra contra la contaminación
Por Erik Soléis
Director Ejecutivo de
ONU Medio Ambiente
ONU Medio Ambiente
En América Latina y el Caribe 100 millones de personas habitan en zonas con mala calidad del aire y están expuestas a serios problemas de salud.
Actualmente, la contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud humana: se estima que una de cada nueve muertes en el mundo está relacionada con este tipo de polución.
Los latinoamericanos también están en riesgo por la contaminación del agua y del suelo. El mar Caribe, que evoca imágenes de aguas turquesas y corales prístinos, es considerado uno de los mares más contaminados con plásticos en el mundo. Alrededor de 25% de todos los ríos de la región sufren una severa contaminación por patógenos, el costo económico de la exposición infantil al plomo asciende a 2% del PIB y el uso incorrecto de pesticidas afecta agudamente a los ecosistemas y a los pequeños agricultores.
Frenar la contaminación es vital para proteger los sistemas naturales que no solo sustentan a miles de millones de personas, sino a toda la vida en la tierra. Es por eso que la tercera sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que tendrá lugar del 4 al 6 de diciembre en Nairobi, eligió el tema “Hacia un planeta sin contaminación”. Puede parecer un objetivo utópico, pero es alcanzable.
Gobiernos, científicos, expertos, financistas, grupos comunitarios e intelectuales se reunirán con el fin de discutir soluciones innovadoras para poner fin a la contaminación.
Durante demasiado tiempo se ha entendido que el medio ambiente debe ser sacrificado a cambio de la prosperidad; que enfrentar la contaminación es un costo no deseado para la industria y una desventaja para el crecimiento económico.
Pero las tendencias mundiales están demostrando que este ya no es el caso. Ahora está claro que el desarrollo sostenible es la única forma de desarrollo que tiene sentido, incluso en términos financieros y económicos. El impulso hacia un planeta sin contaminación nos brinda la oportunidad de innovar y ser más competitivos.
La revolución energética que se desarrolla actualmente es un motor de cambio, al igual que la creciente movilización en torno al clima. El abaratamiento en los costos de la energía a partir de fuentes renovables, como la eólica y la solar, implica que los países que están alejándose de los combustibles fósiles obtendrán los mayores beneficios para sus economías y el medio ambiente. Estos países tendrán mejores y más rápidas redes de transporte y matrices eléctricas más flexibles.
Con la transición al desarrollo verde y sostenible en marcha, ahora debemos centrarnos en cómo intensificar y acelerar estas tendencias para proteger el medio ambiente, combatir el cambio climático y frenar la contaminación. Tal y como lo veo, hay cinco piezas críticas en este rompecabezas.
Necesitamos liderazgo político y asociaciones. Un pacto mundial sobre la contaminación garantizaría un compromiso sostenido al más alto nivel y haría de la prevención una prioridad para todos.
Necesitamos las políticas correctas. Es necesario fortalecer la gobernanza ambiental, con medidas específicas contra los contaminantes más agresivos mediante evaluaciones de riesgos y una mejor aplicación de la legislación ambiental.
Necesitamos una nueva manera de dirigir nuestras vidas y economías. Se debe promover el consumo y la producción sostenibles a través de una mejor eficiencia de recursos y cambios en el estilo de vida.
Necesitamos invertir en grande. Movilizar las finanzas y la inversión hacia oportunidades bajas en carbono y una producción y consumo más limpios impulsará la innovación y ayudará a contrarrestar la contaminación.
Y, finalmente, necesitamos promover la acción. Los ciudadanos deben estar informados e inspirados para reducir su propia huella de contaminación y abogar por compromisos audaces de los sectores público y privado contra la contaminación.
Con la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente a poco más de un mes, ahora tenemos la oportunidad de aumentar drásticamente la ambición de nuestros objetivos. Estoy seguro que América Latina y el Caribe serán determinantes en el movimiento para lograr un mundo sin contaminación.
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