Torones y maras a las órdenes de políticos sin escrúpulos
Torones y maras a las órdenes de políticos sin escrúpulos
Por Boris Zelaya Rubí
“… Se describe el uso del miedo como parte de las estrategias usadas por partidos y candidatos durante las campañas electorales, con el objetivo de ganar las elecciones”.
Hay quienes intentan meter miedo con las elecciones generales que se avecinan. Las tácticas intimidatorias se han producido en eventos públicos, como aquel que se suscitó en un populoso barrio de Comayagüela, en el que un candidato promovía la “creación de comandos antifraude para tomarse la justicia con sus propias manos”.
Hay candidatos que están arengando a sus seguidores con discursos incitadores a la rebelión, tratando de convertir un acto cívico en una batalla campal, fomentando el odio entre los hermanos hondureños por el simple hecho de simpatizar con otro aspirante, dispuestos según ellos a obtener resultados lo más rápido posible, para evitar con actos de terrorismo político, que el Tribunal Supremo Electoral oficialice quiénes son los triunfadores. Hasta aquel que tenía una vocecita de cura arrepentido ¡sacó las uñas! Diciéndoles a sus pocos seguidores que el candidato y futuro ganador ya tiene compradas las bombas de humo, ¿será para aplicárselas a los bochincheros malos perdedores?
La delincuencia cada año va en aumento, reclutando a jóvenes adolescentes. Cuando sus necesidades los apremian y encuentran que con los salarios mínimos pagados por la empresa privada y los comerciantes en general, les es imposible vivir y disfrutar de esa etapa que los incita al amor, al deporte y a la unión familiar, se unen a compañeros que sufren las mismas calamidades, para cometer actos ilícitos y formar parte del crimen organizado y ahora a punto de ser reclutados por los políticos, por supuesto por un puñado de billetes. Sus delitos se han convertido en noticias de primera plana y al parecer por más esfuerzos que hacen los entes gubernamentales por detenerlos, la carrera es desigual, surgen más antisociales que las personas entrenadas para combatirlos.
Las mujeres del área rural, su pobreza y sus hijos sin padre, las vuelve vulnerables a cualquier ofrecimiento para el futuro, votando por la esperanza de tener un presidente que se preocupe por los que menos tienen o no tienen nada, haciendo que sus ruegos al gran Arquitecto del Universo se puedan convertir en realidad.
No podemos permitir que políticos frustrados se conviertan en “torones”, dirigiendo sus activistas como si fueran integrantes de “maras”, capaces de cualquier desaguisado. ¡Queremos vivir en paz!
Algunos sin ser miembros exclusivos de un partido político, se han aprovechado de sus posiciones para robar el dinero del pueblo. Por mientras lo correcto es no votar por ellos y exigir que la justicia sea más eficiente, los ladrones del erario ¡a las rejas!
Condenamos la violencia y que nos califiquen como un país de asesinos, queremos la hermandad del pueblo como debe ser, y repudiar los que desean vivir de lo ajeno a través de la política. Por muy “perfumados” hay que hospedarlos en la cárcel y no dejarlos en libertad con controles electrónicos.
De rodillas solo para orar a Dios.
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