Alianza contra la paz

Alianza contra la paz

Por: Nery Alexis Gaitán
Estas elecciones no dejan de ser interesantes en la vida nacional. Por varias razones, entre ellas mencionaremos la reelección presidencial, que a nuestro parecer ganará las elecciones permitiendo cuatro años más de gobierno nacionalista; y la creación de la Alianza contra JOH, que es exclusiva del partido Libertad y Refundación (Libre), y aunque el Pinu se ha adscrito a ella, por su casi inexistente caudal político no aporta nada a esta intentona de volver al poder de los de Libre.

El otro partido significativo de oposición, el Partido Liberal, se ha distanciado de la agenda política de Libre y apuesta por llegar al poder dentro de los parámetros de la democracia. Aunque los desaciertos de su candidato presidencial, que se muestra antipático ante la juventud, le pasarán factura en las urnas.

Hay que ser claros al respecto, en todo momento la agenda política de Libre ha tenido como propósito volver al poder por medio de la instauración del caos y violencia social. Para este propósito, en todo momento tratan de desacreditar las instituciones democráticas y de paso deslegitimar el proceso de las elecciones. Sus declaraciones han sido contundentes al respecto: no van a reconocer a ningún otro candidato que gane las elecciones, solamente a su cirquero, Salvador Nasralla.

Las declaraciones de los principales dirigentes de Libre han sido contundentes, de no ganar las elecciones amenazan con crear violencia a lo largo y ancho del país. Para ellos, la voluntad del soberano los tiene sin cuidado y solamente avizoran llegar al poder sin importar el costo. Su desgastado discurso es el mismo, hay que derrocar al dictador e instaurar la bendita Asamblea Nacional Constituyente que es la única que va a resolver todos los males que padecemos los hondureños.

Y como son descarados, han aclarado que su pintoresco candidato, de llegar al poder, será una mampara que estará en funciones presidenciales solo un par de meses porque inmediatamente convocarán a la Asamblea Nacional Constituyente y así eliminarán nuestro sistema democrático. Es obvio que sus intenciones son perpetuarse en el poder al estilo de los demás dirigentes del socialismo del siglo XXI.

Esta agenda política que solamente caos, inestabilidad, violencia y muertes le receta al pueblo hondureño, ha sido nefasta para la paz y la tranquilidad desde su aparición en el gobierno fallido y plagado de corrupción de Manuel Zelaya. Y de paso, su plan de gobierno (recordemos el dicho que en boca del mentiroso la verdad se vuelve dudosa) no presenta soluciones reales a los problemas que el país enfrenta.

Esta agenda política desestabilizadora de la paz y la tranquilidad debe ser rechazada en su totalidad por el pueblo. Este 26 de noviembre hay que votar por partidos de tradición democrática que garantizan nuestro sistema de vida. Y específicamente por personas honestas, que sí las hay, para que puedan hacer la diferencia en el escenario político.

¡Los hondureños merecemos un mejor destino en la vida!

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