Hay que despolitizar el TSE
Hay que despolitizar el TSE
Por: Aldo Romero
Tal y como lo habían advertido diferentes sectores políticos y de sociedad civil, el proceder del Tribunal Supremo Electoral (TSE), en lo que corresponde a la administración del actual proceso de elecciones en el país, abrió una ventana que deja al descubierto una crisis que es objeto de preocupación no solo a nivel interno, sino también de la comunidad internacional.
Los cuestionamientos son muchos, desde señalar a sus autoridades, por no actuar de manera independiente y autónoma en la toma de decisiones, hasta cambiar las reglas del juego a conveniencia de un candidato en particular, incluso hay quienes han llegado al extremo de calificar a esta institución como “corresponsable” de la poca credibilidad de los procesos electorales al no ofrecer las garantías de transparencia necesarias.
La Constitución de la República establece que corresponde al TSE, como la máxima autoridad en materia electoral, asumir la responsabilidad de administrar todo lo concerniente a los procesos eleccionarios, desde su organización, seguridad y culminación con la transmisión exacta de resultados y la declaratoria oficial, sin embargo, este organismo, parece haber perdido en los últimos años el rumbo de la asignación otorgada por la Carta Magna.
Lejos de estar integrado por magistrados independientes y sin sesgo político, quienes han asumido hasta ahora el rol de representantes ante ese ente, (en la actualidad y en el pasado reciente) son reconocidos líderes o militantes de partidos políticos, que por lógica, responden a los intereses de estos, pues son los mismos partidos quienes los proponen y luego los eligen en el Congreso Nacional.
Esta desmedida injerencia de los partidos políticos, ha llevado al TSE a cometer errores graves, como la permisividad en el tráfico de credenciales, la autorización de traslados irregulares, la falta de depuración de un Censo Nacional Electoral desfasado, la manipulación y manejo de las Mesas Electorales Receptoras (MER) y las dudas en el sistema de transmisión de datos y resultados, solo por mencionar algunos que hoy en día siguen avivando la polémica.
De cara a esta nueva justa electoral general, el TSE da muestras de nerviosismo, se cambian las reglas del juego, prueba de ello es que en esta ocasión, las frases, dibujos o símbolos bajo la fotografía de un candidato serán tomadas como voto a favor, contrario a lo acontecido en las primarias de marzo de este mismo año, contraviniendo de esta manera la Ley Electoral en sus artículos 124 y 174.
Sumado a esto, las dudas que el mismo TSE dejó crecer respecto a la incidencia de la empresa Mapa Soluciones, la oposición del mismo tribunal queriendo evitar que esta saliera del escenario y la contratación de una compañía diferente, pero con la misma base tecnológica, ante este panorama, no queda más que esperar una nueva crisis electoral que terminará debilitando la ya frágil y deteriorada democracia hondureña.
Uno de los retos inmediatos que debe asumir el nuevo Poder Legislativo, es el de promover de inmediato, reformas urgentes al mecanismo de elección de los magistrados del TSE, limitando la participación de los partidos políticos en su nominación a fin de convertirlo en un ente técnico, como acontece en las democracias sólidas.
Por lo pronto, son las organizaciones de sociedad civil, muchas de las cuales juegan al interés político y la misma ciudadanía mediante su participación masiva y activa, quienes deben convertirse en vigilantes de esta nueva justa política y demandar al TSE, que cumpla con las exigencias legales y sociales de un proceso electoral limpio, transparente y lo más alejado posible de la manipulación y el control por parte de fuerzas externas.
Comentarios
Publicar un comentario