Los candidatos presidenciales y “El violinista en el tejado”
Los candidatos presidenciales y “El violinista en el tejado”
Por PG. Nieto
Asesor y Profesor C.I.S.I.
La filmoteca de los “Óscar” atesora un precioso musical de 1971 titulado “El violinista en el tejado”. Tobías, el protagonista, busca desesperadamente casar a sus cinco hijas con hombres acaudalados como atajo para salir de la pobreza en la que viven en la Rusia zarista. La banda sonora, ganadora de una estatuilla, atesora la canción: “Si yo fuera rico”. Tobías sueña en voz alta lo que podría conseguir si fuera rico: bienes materiales, estatus, reconocimientos,… Dice la letra: “Cuando eres rico se creen que ya lo sabes todo”. Interpela a Dios: “Señor, me sentenciaste a lo que soy. ¿Arruinaría algún gran plan eterno si yo fuera rico?”. Al final del filme Tobías emigra con su familia a los Estados Unidos en busca del sueño americano.
Como en la película, los candidatos se equivocan machacando con un discurso descalificador y poco propositivo. Después de tantos meses denunciando la ilegalidad reeleccionista, dentro y fuera de Honduras, no han conseguido debilitar al oficialismo. No han sabido acomodar las velas en la dirección del viento. Como Tobías, ahora que se les acaba el tiempo, buscan atajos para llegar al “Altar Q”. Afirman que sus encuestas les favorecen y las restantes están manipuladas, lo de siempre. Presentan datos cuantitativos que interpretan en tablas y gráficas, estableciendo estadísticas y tendencias, pero donde no aparece el encuestado como persona y su historia. Los datos cualitativos permiten analizar patrones de comportamiento, ello requiere entrevistas personales, inversión y mucho trabajo. El dato cuantitativo debe utilizarse de forma complementaria, nunca toral.
Tobías estaba dispuesto a utilizar a sus hijas como inversión para salir de la pobreza y fracasó. El elector percibe que las promesas de algunos candidatos buscando su voto son al final un fraude, prefiriendo opciones más seguras. La publicidad televisiva muestra las estrategias. Los mejores anuncios son los de Luis Zelaya, utiliza la técnica del vínculo emocional, el contacto personal y la esperanza. JOH es pragmático, se enfoca en los resultados. “Lo bueno debe de continuar” y para hacerlo el elector debe votar por la “raya continua”. Necesita controlar el Congreso Nacional, pidiendo unidad: “juntos por más cambios”. Finalmente, en la “Alianza fallida”, la publicidad para el paladín Nasralla brilla por su ausencia. Pudiera ser porque los empresarios que en anteriores comicios invirtieron en Libre y en Mel Zelaya se encuentran de vacaciones forzosas…, allá donde se fue Tobías.
Tobías se lamenta: “Señor, me sentenciaste a lo que soy”. Los candidatos no aceptan reconocer sus limitaciones y graves errores de campaña. Por ejemplo: 1.- Atacan la reelección presidencial, pero la avalaron al presentarse a las internas. 2.- Presionaron contra Mapa Soluciones y la plataforma distribuidora de datos, pero aceptaron los resultados de las internas cuando sus movimientos salieron favorecidos. 3.- Despotrican contra el obsoleto marco legislativo electoral pero, habiendo tenido mayoría en el Congreso estos cuatro años, no quisieron cambiarlo. 4.- Denuncian como antidemocrático votar con “raya continua”, porque les perjudica reconocer que es legal y habitualmente utilizado en democracias consolidadas.
Significa que el elector deposita su esperanza en el partido, no en el candidato. Así se fortalece el partido como herramienta de pesos y contrapesos, auditándose la disciplina del voto frente a la diáspora y anarquía que han sido las votaciones en este Congreso, amparando la corrupción en algunos diputados.
Después de las elecciones, igual que Tobías, cada partido colocará su propio final a la película. Libre terminará por responsabilizar a Mel de la derrota por escoger a Nasralla, en lugar de Xiomara Castro. El partido se debilita irremediablemente, nuevos líderes emergen pidiendo protagonismo.
Nasralla, volverá a la televisión, pero su patología le llevará a considerar que los votos presidenciales fueron a su persona, no a la “Alianza fallida”, pudiendo utilizar ese apoyo virtual para crear un nuevo partido que podría llamarse “Salvación Nacional”, por el parecido con su nombre y apellido. Luis Zelaya tiene el mérito de haber despertado el sentimiento de unidad liberal, pero su bisoñez política no le está permitiendo ganarse el apoyo y confianza de los líderes más importantes del partido. Las presiones pueden llevarle en el futuro a dar un paso al costado y regresar a la docencia. A mitad de la próxima legislatura se podría incorporar una prestigiosa lideresa liberal que como embajadora cosecha importantes éxitos en beneficio de Honduras.
El probable triunfo del candidato nacionalista no le dará un respiro. Necesita establecer la hoja de ruta para los próximos cuatro años. Con mayoría en el Congreso Nacional, lo primero será colocar al frente a su delfín, para posteriormente catapultarlo a la candidatura presidencial. Alguien de su confianza, capaz y tolerante pero firme al tomar decisiones, implicado en los cambios que se avecinan, empezando por los constitucionales. Todo apunta a un conocido líder, empresario, nacido en Tegucigalpa. Pulgarcito sigue colocando las migas de pan.
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