Locura financiera y una empresa insolvente

Locura financiera y una empresa insolvente
Por: Héctor Paz Lázarus
Consultor y catedrático universitario
Sigo investigando sobre los bonos soberanos que emitirá Sefin. Me comentó un amigo que labora en este tema en Nueva York que probablemente se coloquen en enero/2017 a una tasa alrededor de 7.6% a 10 años plazo. Sefin emitiría US$500 millones, de US$850 millones que autorizó el Congreso Nacional. Me explicó que si se colocan durante diciembre/2016, la tasa sería mayor (8.75%), ya que los inversionistas en esta época están cerrando sus libros y han agotado sus presupuestos, por lo que aprovecharían la necesidad de nuestro gobierno por conseguir fondos externos.

El ministro de Finanzas manifestó que los fondos de la emisión serían para cancelar deudas de la ENEE con generadores privados de energía, que incluyen fuentes renovables y no renovables. Creo que privilegiará el pago a los térmicos, el grupo más fuerte entrelos diferentes proveedores. Como “no hay almuerzos gratis”, sigue llamando la atención porque esta emisión, así como las dos anteriores, se den en períodos electorales.

No sirvió que la Agencia Moody´s mejorará levemente la calificación de riesgo de Honduras de B3 a B2+ en 2016, pues todo indica que las tasas de interés de la tercera emisión serían similares a las del 2013, cuando el gobierno colocó US$500 millones en marzo a 7.5% a 10 años plazo y en diciembre emitió US$500 millones a 8.75% a 7 años plazo. El total de intereses por ambas colocaciones suma US$681 millones, equivalente a 68% de lo prestado, que ascendió a mil millones de dólares. Estos gastos financieros serán mayores, ya que hay devaluación del lempira, así como pago de comisiones y abogados para ejecutar las transacciones. Los mil millones de dólares aparentemente nivelaron el flujo de caja del gobierno, ya que había quedado sin efectivo para pagar gasto corriente, mismo que no tiene un retorno monetario. Moody´s define B3 y B2 como obligaciones sujeto a especulaciones y “alto riesgo crediticio” y de tener “la calidad de crédito en general, pobre”.

Se está tomando una decisión financiera contraproducente, al igual que en 2013, ya que se endeudará al país para pagar otras deudas. La deuda por la tercera emisión ascendería a US$880 millones, incluyendo US$380 millones en intereses, equivalente a 76% de lo prestado. Revisé los estados financieros de la ENEE, publicados en su sitio web, mismo que deben ser auditados independientemente para tener seguridad sobre el estado de las finanzas de la empresa.

La ENEE está en “quiebra técnica” porque su deuda es superior a sus recursos, no cuenta con capital de trabajo y no tiene capacidad para cumplir con sus compromisos financieros. A octubre de 2016, la deuda total era de L.43,400 millones, mientras que los recursos totales eran de L.33,500 millones, de los cuales L.5,000 millones eran cuentas por cobrar a empresas, instituciones del gobierno y municipalidades que le adeudan a la ENEE por el servicio brindado. Las cuentas por cobrar aumentaron 34% entre diciembre/2015 y octubre/2016. Además, tiene una pérdida acumulada de más de L.2.2 mil millones este año. Sus ingresos acumulados son de L.16,600 millones, equivalente a 38% de su deuda.

La emisión de bonos por US$500 millones representa L.11,700 millones. Si se utiliza este total para la ENEE, se reduciría su deuda a L.31,700 millones, monto aún elevado. Y su deuda volverá a aumentar si sigue generando pérdidas y acumulando cuentas por cobrar, las que equivalen a 43% del valor de la emisión de bonos que se va realizar externamente. El aumento de las cuentas por cobrar refleja que hay grandes empresas e instituciones del Estado que no pagan por el servicio. Si un hogar o pequeño empresario no paga le cortan la luz, no así a los grandes deudores, lo cual es injustificable. La deuda total que tendrá el país por esta emisión de bonos ascendería a L.20,600 millones.

Consecuentemente, la deuda por las tres emisiones de bonos soberanos podría ascender a dos mil quinientos sesenta millones de dólares. Con ello, se profundizaría el círculo vicioso de pobreza del país, ya que se tendrá que destinar cada vez más ingresos nacionales, que en Honduras apenas crecen, para honrar las deudas de una empresa mal administrada. Los recursos deben utilizarse en inversiones socioeconómicas rentables que inyecten dinamismo a la economía y generen empleo. Mediante inversiones viables se garantiza que se tendrá un retorno y honrará el pago de las deudas, más si el retorno es en dólares porque los bonos están denominados en esta moneda.

Si coloca los US$500 millones, Sefin tiene US$350 millones adicionales que podría emitir porque a última hora el Congreso autorizó US$850 millones, tres veces más de lo que había aprobado originalmente en el presupuesto de 2016. La vigilancia en el uso de estos recursos es imperativa, pues el gobierno está obligado a generar valor por nuestro dinero. Los cuantiosos recursos que ingresarán al país por la tercera emisión de bonos se darán a una empresa pública que está en una grave insolvencia financiera. Hay que investigar por qué se llegó a este punto tan crítico, que puede contagiar nuestra economía, pues la deuda de la ENEE representa 9% del valor de la economía y su servicio es estratégico para el futuro socioeconómico de Honduras. Como siempre, la población pagará la cuenta en un país donde la percepción de corrupción del sector público es alta (TI) y donde los técnicos del gobierno elaboran presupuestos inexactos.

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