La reelección y el derecho de elegir y ser electo
La reelección y el derecho de elegir y ser electo
Por: Aldo Romero
Periodista y catedrático universitario
Periodista y catedrático universitario
Elegir y ser electo es un derecho fundamental de carácter universal, todos los ciudadanos deben disponer del mismo sin ningún obstáculo o restricción más que en aquellos casos que la misma ley ya contempla, la Constitución de la República de Honduras, muy trastocada e irrespetada en los últimos años, garantiza este derecho en su Artículo 37, numeral 1.
En la ley primaria hondureña, este derecho va de la mano con la disposición establecida en el numeral 1 del Artículo 40 constitucional que obliga a los ciudadanos a “cumplir, defender y velar porque se cumpla la Constitución y las leyes”.
En los últimos meses, el Partido Nacional desarrolló por todas las vías publicitarias posibles, una intensa campaña orientada a visibilizar el derecho de elegir y de ser electo, anteponiéndolo incluso a los principios constitucionales a fin de encontrarse con el camino fácil para abrir la puerta a la reelección presidencial.
Se debe aceptar, respetar y hacer prevalecer el derecho de los ciudadanos a elegir y a ser electos, lo que no es aceptable bajo ningún argumento, es la imposición, la coacción, las amenazas y las presiones que se realizan, con el propósito de consolidar a como dé lugar, una candidatura surgida al margen de la ley.
El Partido Nacional desde el poder ha impuesto la reelección presidencial mediante el control de la institucionalidad, al grado que en el tema, tanto la Corte Suprema de Justicia (CSJ) como el Tribunal Supremo Electoral (TSE) simplemente han sido avales silenciosos de un hecho ilegal hoy consumado y que pone en entredicho la credibilidad y la legitimidad del proceso electoral que se avecina.
Aunque muchos no lo quieran ver, o pretendan disfrazar la realidad con campañas populistas o con el uso persuasivo de la retórica política, el país sigue sumergido en una grave crisis generada por la ineptitud y la deshonestidad de los mismos políticos cuyas posiciones son cambiantes de acuerdo a como estas favorecen o no a sus propios intereses, este tipo de actuaciones, solamente comprueban que la burocracia política no quiere ceder espacios que pongan en riesgo los privilegios que les da el poder.
No puede existir una democracia sólida en un país en donde no se respeta la Constitución, es imposible fortalecer un estado de derecho en donde los que gobiernan son los primeros en irrespetar la ley abriendo las puertas a la anarquía social.
El derecho a elegir de los nacionalistas en ningún momento se vio limitado o violentado, tampoco el del ciudadano Juan Orlando Hernández a ser electo, los partidarios del hoy mandatario ejercieron ese derecho a votar por él, en las elecciones primarias y generales del 2013, Hernández por su parte, ya fue beneficiado con el derecho de ser electo como Presidente por “única vez” tal como lo manda la Carta Magna, un segundo mandato, carecería de respaldo constitucional.
@aldoro/alromeroz@hotmail.com
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