ATORNILLADOS AL PODER
ATORNILLADOS AL PODER
ATORNILLADOS en el poder no hay nada que los afloje. Allí tiene la respuesta la oposición. ¿Para qué darle más vuelta a la hoja? Los van a tener entretenidos platicando hasta que el autócrata acabe su período presidencial. Ni asomos de revocatorio o de sacar a los presos políticos, o soltar nada que no sea de la conveniencia del régimen. Nicolás acaba de comunicarles que “institucionalizará” hasta el 2020 la mesa de diálogo con la oposición y “no permitirá que el antichavismo abandone ese espacio de conversaciones que es auspiciado por el Vaticano y la Unasur”. Van a estar sentados allí, les guste o no les guste. “No voy a dejar que se paren de la mesa de diálogo, no lo voy a permitir, ustedes saben que yo puedo, así como los obligué a sentarse en la mesa de diálogo, no se paran de la mesa de diálogo, esa es una mesa que vamos a institucionalizar el 2017, 2018, 2019, 2020”.
Para mayor diversión del auditorio continuó con sus bromas, aunque él se tome en serio lo que para otros sea motivo de risa: “Mientras gobernemos nosotros, ustedes van a existir; nosotros somos demócratas, humanistas, constitucionalistas, y a pesar de lo que ustedes han hecho y hacen y son, tienen sus espacios políticos y se los vamos a respetar, solo gobernando nosotros tienen posibilidad de existir los distintos factores de la oposición”. Aparte de ello lanzó una advertencia: “Si Venezuela llegara a tener un “gobierno de la derecha” con “ideología” fascista “se iniciaría una conflagración histórica” que se pierde de vista en sus consecuencias “de alcance continental”. En otras palabras, “solo Nicolás porque sin Nicolás, desatan la hecatombe”. Hasta el momento el diálogo no produce absolutamente nada para las fuerzas de oposición. Allí los tienen el Vaticano, la Unasur y los “ocho con yo” sentaditos platicando. Ganancia para la autocracia. Una tregua para el régimen. Permitir que el mundo se olvide de la crisis que se profundiza con cada día que pasa. Desactivar las protestas en las calles que provocan alguna atención internacional. Ablandar la presión internacional, bajo la esperanza que algo vaya a salir de las pláticas. Dejar que el tiempo pase sin que haya ningún avance. Apretar más, reprimir más, mientras conversan sin entregar una tan sola concesión. Aparte de ello, ¿quién presta interés a lo que suceda en aquel país suramericano si todos los ojos los acapara la muerte del líder de la revolución cubana?
El presidente de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, no descarta la posibilidad que el régimen aguante. Arguye que desechado el revocatorio –que ofrecía una salida constitucional– ahora lo que queda, en la improbabilidad de los arreglos, es llamar a elección anticipada; aunque no están contempladas en la Constitución: “El gobierno no quiere hacer elecciones porque las perdería. Pero el país no aguanta más. Son 18 años de saqueos, robos, ineficiencia”. “Liquidaron 996 mil millones de dólares de renta petrolera”. “Acabaron con el sistema de producción interna, electricidad, agua”. “Quebraron al país y nos dejaron debiendo. Después de ese desguace, ¿puede ser subversivo que digamos que queremos salir de esto, además a través del voto, por las buenas?”. “Cada día es peor, se agrava la crisis alimentaria, de medicinas”. “No se espanten si el gobierno llega a 2018; sería catastrófico, se heredaría un país que no fuera otra cosa que un cementerio, pero es una posibilidad”. Esa es la “revolución del siglo XXI” que al país le querían encasquetar.
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