UNA DRAMÁTICA HISTORIA…

UNA DRAMÁTICA HISTORIA…

UNA DRAMÁTICA HISTORIA…
Escrita por el abogado César Quintanilla.
Estando en su lecho de enfermo en el ocaso de su vida, un padre es confrontado por su hijo, este le pregunta ¿papá tú te vas a morir? porque yo escuché que el doctor le dijo a mi mamá que tú te vas a morir, el padre con los ojos inundados de lagrimas y haciendo un esfuerzo porque su hijo no le vea llorar le responde, si hijo mío, me voy al cielo a descansar porque ya trabajé suficiente para darte a ti y a tu mamá todo lo necesario para que tengas una buena educación y que nunca les haga falta nada, ustedes tienen una vida completamente asegurada para que no tengan ninguna preocupación, les dejo muchos bienes, dinero suficiente en el banco, negocios sumamente rentables y bueno tu mami te va a informar bien y cuidará de todo mientras tu cumples la mayoría de edad y te puedas hacer cargo de los negocios, pero antes tienes que prepararte bien estudiando mucho. El hijo rebelde que está en la difícil etapa de la adolescencia lo mira fijamente y exclama ¡papá! ¿cómo puedes decirme que mi vida y la de mi mamá están completamente aseguradas? si tu solo te has preocupado en la vida por ganar dinero, tú y tus amigos con sus empresas se han dedicado a contaminar hasta el aire que respiramos, tú talaste los árboles pero nunca sembraste uno, ni tampoco me enseñaste a hacerlo, hay puentes pero ya no hay ríos, no hay agua, las temperaturas altas están matando a miles de personas en el mundo, ciudades enteras se las está tragando el mar, los polos se han derretido, la comida está escasa, los animales se están extinguiendo, ya no hay bosques, los océanos han colapsado por la contaminación, ¿de qué nos sirve todo ese dinero que nos dejas papá? no podemos comprar agua, no podemos comprar comida, no podemos comprar nada con el dinero que nos dejas. ¿Por qué tú que tuviste la oportunidad no hiciste nada para frenar la contaminación, si dices que nos quieres mucho porqué papá no pensaste en nuestro futuro? ¿porqué fuiste tan egoísta, porqué te importó solo hacer tus negocios y dejaste que tu compañía siguiera contaminando la atmosfera? que te costaba papá cambiar tu negocio de energía sucia producida por la quema de combustibles a energía limpia, tenías el sol, el viento y hasta la basura a tu disposición para seguir con tu negocio de energía sin contaminar nuestro planeta, no emprendiste ni apoyaste campañas para exigir a los gobiernos de los países más industrializados que frenarán la emisión de toneladas de gases dañinos y más bien contribuiste con ellos a seguir contaminando, no reciclaste ningún material, no hiciste nada porque no quisiste, tu eres responsable de todo lo que nos está sucediendo, tu eres responsable de la pesadilla que viviremos con mi mamá y tu ahora simplente te vas a morir y nos vas a dejar sufriendo en este mundo, ¿qué hacemos papá? no podemos comernos los billetes por los que vendiste todos nuestros recursos naturales creyendo que estos nunca se iban a terminar, hay guerras por el agua, por la comida, qué nos estás dejando papá, esto no es una herencia sino un infierno, no te puedes morir tienes que ayudar a reparar todo el daño que hiciste, tú simplemente no te puedes morir sin hacer algo por nosotros, ¿me estás oyendo papá, me estás oyendo? De pronto el joven angustiado sintió posarse sobre su hombro una mano suave y una voz entrecortada que le susurro al oído, hijo ya cálmate, deja en paz a tu padre, él ya no te escucha. El hijo estaba tan molesto reclamando a su padre que no se enteró que este ya había fallecido, su corazón no soportó los reclamos justos de su heredero y su inminente muerte nada más se anticipó. Esta dramática escena podría repetirse muy pronto en millones de familias en todo el mundo, cuyos padres están cegados por don dinero sin preocuparse por los recursos esenciales para asegurar la vida de las futuras generaciones, estamos en la línea del no retorno señores, el cambio climático a consecuencia del calentamiento global no es ficción, es una realidad, es preciso que hagamos algo ya para el bienestar nuestro y de las generaciones venideras.
Gracias por su atención a la presente columna, cuídense mucho, siempre les quiero como lectores y no como noticia, hasta la próxima semana.





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