¿Malvivientes en las corrientes políticas?

¿Malvivientes en las corrientes políticas?


Por Boris Zelaya Rubí
“La política nunca ha sido, ni probablemente será, inmaculada, y la corrupción gubernamental tampoco es algo de reciente origen. Pero la avaricia y el saqueo de las arcas han llegado a niveles sin precedentes, en realidad a tal punto, que corrompen a la política democrática”.
El pueblo hondureño ha sido abusado y sacrificado por los aprovechados de la fuente más productiva y menos riesgosa de hacer dinero ¡la política!
Vuelve la ciudadanía, a estar en la mira de los especialistas en manejar una jerga o hacer malabarismos con palabrerías vanas, para adormecerla con las mismas promesas. Los hondureños estamos cansados de los viejos políticos, que cada cierto tiempo, se les agotan los “ahorros” y regresan con mayores bríos y nuevas estrategias para mentir, aunque no tengan la opción de ganar la Presidencia de la República. Su intención es obtener una cuota de poder “consiguiendo” unos tres o cuatro diputados para formar alianzas en el Congreso Nacional y de esta manera “negociar” o chantajear al que gane el sillón presidencial.
El pueblo está superando la amnesia histórica, evolucionando después de tanto sufrimiento, no venderá su voto y menos a personas que aunque la justicia no logró encarcelarlos, los conoce como ladrones de cuello blanco. Tampoco caerá en el jueguito de pleitos arreglados para llamar la atención. Estos malvivientes de la política, al estilo de los capos, tienen que medir sus pasos, pues no tarda el pueblo en correrlos de sus comunidades y de repente hasta lincharlos, como ha sucedido cuando los ciudadanos desesperados se toman la justicia por sus propias manos (esperamos que no exista una reacción de tal magnitud, pues aparte del narcotráfico y los crímenes no queremos que nos califiquen como bárbaros).
La ciudadanía ya está despertando, las marchas de los indignados es una de las manifestaciones genuinas del pensar y sentir de las mayorías, y faltan que se sumen los recientemente despedidos de sus trabajos, con el único propósito de reducir el tamaño del Estado, por indicaciones de organismos extranjeros, prometiendo por esa inhumana acción agenciarle fondos al gobierno, sin importar que no existan fuentes de empleo y dejar en la calle a personas que han laborado por años en instituciones del gobierno, quienes en unos pocos meses no tendrán cómo llevarle el pan a sus hijos. No olvidemos que “el hambre es mala consejera” y cada uno de los desempleados con su núcleo familiar no caerá fácilmente en la trampa de “Con chamba vivís mejor “y “Primero los pobres” ¡sin contar con un empleo! su voto será razonado y lleno de resentimiento contra los que han atentado contra sus familiares.
El pueblo sobre todo los que viven en las ciudades más importantes del país, conocen quiénes son los más corruptos, tenemos políticos y funcionarios que extorsionan por dinero para sus campañas políticas y que, en el proceso, roban además para sí mismos.
Recordamos los famosos almuerzos y cenas para recaudar fondos desde L.1,000.00 hasta L.50,000.00 por plato de comida, esta última tarifa para grupos exclusivos, que por lo general regalaban sus invitaciones pagadas y evitaban asistir, porque comprendían que ese dinero era una forma de pagar protección o amarrar empleos gubernamentales. Por supuesto que la mayor parte de las contribuciones pasaban a las cuentas personales de los organizadores.
Nos enteramos con mucho agrado y nos llenó de optimismo que se está exigiendo la reforma de la Ley Electoral, esto sería un gran paso para la libertad de elegir. El abuso contra el pueblo se inicia con las amañadas elecciones internas de cada partido, donde el grupúsculo de los que se han adueñado de las instituciones políticas deciden (o trafican con los cargos de elección popular). Sería interesante que para las reformas, el exmagistrado del TSE “soltara” lo que amenazó con contar, para aprovechar estos secretos, en efectuar reformas profundas a la Ley Electoral y tratar de que las elecciones sean lo más transparentes posibles.
Refiriéndose a la corrupción, no debemos olvidar que uno de los principios para seleccionar bien a los que serán los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, es que manifiesten si tienen o han tenido algún pariente en cargos importantes de la administración pública, para evitar que se conviertan en puentes para juzgar con maña y por alguna “regalía” a otros políticos.
Infinidad de correligionarios están pensando en votar en blanco en los próximos comicios electorales, si las planillas van llenas de los mismos “sacrificados por la patria”. Esperamos con optimismo que no sean los sepultureros de nuestra democracia.
De rodillas solo para orar a Dios.

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