Los incendios forestales: un cuento permanente
Los incendios forestales: un cuento permanente
Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación ®.
Coronel de Aviación ®.
“Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”, célebre frase atribuida al inmortal genio Albert Einstein, la cual escuchamos o vemos constantemente, y que se adapta perfectamente a nuestra idiosincrasia.
Hemos crecido conociendo que nuestro país es de vocación forestal, con una enorme superficie de nuestro territorio cubierta de bosque; lo de vocación pueda que sea cierto, pero que tengamos frondosos y abundantes áreas forestales es una falacia y un sueño que se esfuma cada día, cada año o cada periodo de gobierno.
Hay tantas amenazas contra nuestro estratégico recurso: plagas, explotación irracional, presión agrícola y urbana, sumado a la amenaza permanente de los incendios forestales. Sin importar cuántas políticas implementen, cuántas leyes se emitan, cuántas instituciones se organicen, cuántos profesionales del ramo existan en el país, cuánto presupuesto se invierta o se gaste; los resultados son siempre los mismos, por ser siempre reactivos, antes de ser preventivos y proactivos; el reciente incendio de Tegucigalpa que nos alarmó tanto, es solo una muestra de lo comentado; alguien a declarado como para minimizar la cosa, que el daño no fue tanto y que el fuego fue rastrero, por ¡favor a quién quieren engañar!, el daño es enorme, los árboles aunque reverdezcan se desnutren, los que están naciendo o en crecimiento mueren, las fuentes de agua se secan, la fauna huye o muere, la contaminación es grave, los gastos para control del fuego son enormes, el costo operacional por hora de vuelo de un helicóptero de la FAH, puede ser superior a los USD 2,000.00, ¿por qué insistir en hacer lo mismo? Todos quieren únicamente buscar protagonismo o aparecer en los medios, eso y nada más.
Una de las cosas raras que aparecieron en el esfuerzo de búsqueda de culpables de provocar este siniestro, fue un plan de construcción de un proyecto de viviendas exactamente en el sitio de la quema, es decir en la zona boscosa colindante con El Hatillo y Santa Lucía, 2,500 viviendas se pretenden construir en el “Condado Santa María” dicen que esto aún está a nivel de proyecto, es decir no ha sido aprobado por las autoridades, (Condado: territorio regido antiguamente por un Conde; Santa María: nombre de nuestra Santísima Madre).
Esperamos que exista el suficiente ceso, prudencia y patriotismo de parte de nuestras autoridades, en el caso de autorización del referido proyecto confiamos en nuestro alcalde y su Corporación, esta decisión es de vital importancia para nuestra amada capital. Solamente hay que recordar a Ciudad Mateo, un monumento a la corrupción y avaricia, que nosotros como pueblo estamos pagando. Posiblemente, una modificación en el proyecto es conveniente, por ejemplo puede ser; reducir el número de lotes y hacer una ley especial amigable al ambiente para los futuros habitantes.
La necesidad de vivienda es enorme, tanto ofertantes como compradores tienen derecho a negociar y a obtener un techo, pero hay límites que debemos respetar, este es un mensaje para los autoridades municipales de pueblos como Valle de Ángeles, en donde hay una gran oferta y demanda inmobiliaria, en donde ya se está irrespetando la vocación del pueblo, hay invasión a las zonas de amortiguamiento de La Tigra, ya hay contaminación de las fuentes de agua, ya hay sobre población en ciertos sectores populosos; es un buen momento de parar o reducir autorizaciones de nuevas urbanizaciones, en tanto el problema de aguas, el asunto forestal y la tenencia de la tierra no se solvente. Seguramente este es un problema típico de todas las municipalidades que circundan el Distrito Central.
El asunto de la recurrencia de amenazas a nuestra sociedad por no prevenir, solo reaccionar, no solamente son los incendios, también es el dengue, las inundaciones, las marejadas, los apagones etc. Un modelo exitoso de trabajo interinstitucional es Fusina; algo similar es necesario para enfrentar las amenazas mencionadas. Sabemos de la importancia de Copeco, pero entendamos que este es un ente de nivel político estratégico, es necesario el nivel “operacional” para ejecutar los planes y desarrollar la misiones de campo. Las FF AA, quienes ya tienen asignadas esas tareas accesorias deben ser apoyadas para estos menesteres, se deben equipar y entrenar sobre destrezas especiales relacionadas al tópico. La FAH por ejemplo ha adquirido una gran capacidad en el uso del equipo aéreo antifuego, pero falta dotarlos de equipo especial que brinde más capacidad y mayor alcance. Existen estudios completos sobre estas posibilidades; quizá en su momento, algún gobierno con buenas intenciones y sin sesgo político o demagógico se decida a hacer algo por controlar estos problemas. Nuestra amada patria lo merece.
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