Víspera y fiesta
Víspera y fiesta
Editorial La Prensa
Por las vísperas, la fiesta, es el dicho popular para adelantar acontecimientos y con cautela y compromiso prepararse para ellos. Señalamos lo anterior porque ya se ha dado el primer paso, decisivo y eficaz, para la integración de la Corte Suprema de Justicia el próximo año. Las diferencias ideológicas y la pluralidad de intereses, claramente evidenciados en esta primera etapa y sumamente saludables para el sano y pronto ejercicio de la justicia, resultaron de lo más natural, pues al final quedó formado el organismo seleccionador de los candidatos a magistrados del más alto tribunal.
Si sobre el poder político hay un alto grado de incredulidad y desconfianza, en el campo jurídico, en todas sus instancias, la ausencia de credibilidad es mayor, ya que por causas en el sistema, en la escasez y carencia de medios, en la ética del personal y en la injerencia externa, la justicia muestra su lado débil en arreglos, retrasos o negación a la misma, dando como resultado la impunidad y una altísima mora en su aplicación.
Es por ello que el análisis profundo, desapasionado y lo más imparcial se convierte en un imperativo categórico, en clave filosófica, para revertir el deterioro de las instituciones, recuperar la confianza ciudadana y cimentar la nueva Honduras en una justicia que hoy nos puede parecer utopía; pero que para las generaciones venideras sea bandera de un mejor país.
Atravesamos los hondureños días difíciles, época de cambios y expresiones colectivas exigiendo, con toda razón, decencia en el quehacer público y moralidad en el uso de los recursos del Estado. La elección de la próxima Corte Suprema es una responsabilidad histórica que habrá de marcar un hasta aquí como desafío en el mejoramiento de su labor con un alejamiento definitivo de lo que a lo largo de las administraciones pasadas fue pago exigido por la cuota política.
“En Honduras, yo no creo que haya alguien que no haya participado o no sea político, de una u otra manera somos políticos; pero el trabajo que se va a realizar es un trabajo de país, es un trabajo de seleccionar, y ahí el pueblo hondureño se dará cuenta de que efectivamente vamos a trabajar por Honduras, no por determinado partido político”, así salió al paso el presidente de la Junta Nominadora, Ricardo Rodríguez.
Tampoco hay que ser ingenuo, puesto que las nominaciones pasarán por un organismo de naturaleza política en el que la negociación es necesaria para la elección de cada uno de los integrantes del Tribunal Supremo del período 2016-2023. Entre los buenos, los mejores, aunque algunos no quedarán contentos. Ojalá sea verdad...
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