Metanoia


Metanoia
Editorial La Tribuna


EL país necesita de voces sensatas que apelen a la concordia nacional. En un reciente editorial concluíamos con las siguientes observaciones: “Si hay algo que ha hecho mucho daño al país fue esa instigación de odio durante aquel conflicto político. Los estertores de esa nociva conducta todavía se evidencian en ese lenguaje pesado de taberna utilizado por ciertos políticos y pendencieros para descalificar a sus adversarios o a cualquiera que disienta de su fanatismo. ¿Pero llegar al exceso de quitarle la vida a otro por extremismos? Quizás, en su obcecación, quienes alimentan estos odios, esta animadversión contra el prójimo –solo con escuchar a esos furiosos insultando, atacando, maldiciendo– no miran el tremendo daño que se hacen ellos mismos y a Honduras. Ignoran, por supuesto, las terribles consecuencias de esa intolerante ofuscación”.
A raíz de los recientes hechos sangrientos, nuevamente ha habido una manifestación colectiva contra la violencia. La mayoría de los medios de comunicación social, como los periodistas, se han pronunciado en forma contundente. El mandatario reaccionó diciendo que “ninguna nación sale adelante con odio”. Uno de los jóvenes líderes de los indignados reflexionó “no queremos incitación al odio por ideologías, ni por pertenecer a un partido político, más bien buscamos unir a la ciudadanía hondureña”. Los líderes espirituales se han sumado al lamento nacional encabezados por el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga quien en su homilía dominical reflexionaba así: “Nuestra Honduras está enferma de odio; no podemos seguir así ya que el odio solo engendra más odio y violencia. No podemos seguir repitiendo la página horrible de un hermano que mata a su hermano: la página de Caín y Abel, si todos somos hijos del mismo Dios”. “Honduras es de todos, no cabe la ideología del pensamiento único; podemos pensar distintamente, pero eso no significa que somos enemigos que hay que eliminar”. “Que ejemplo cristiano nos ha dado una viuda que en su dolor nos llama a cambiar, de un padre que perdona públicamente al asesino de su hijo; eso es lo mejor que hay en nuestro país, es la gente, un propósito para construir una Honduras mejor tiene que ser la conversión bíblica: Metanoia que significa cambio de dirección, de rumbo”. “Es necesario que nos convirtamos, volver al evangelio, no hay mayor felicidad que poder amar de verdad, las fuerzas para vivir así nos vienen de Dios que nos regala todo; estamos obligados a vivir en la gratitud y en la confianza”.
Para mayor ilustración del término “METANOIA”, utilizado por el Cardenal, de un sitio de consultas ofrecemos la siguiente explicación: “En teología cristiana su significado es asociado al arrepentimiento, sin embargo y a pesar de la connotación que a veces ha tomado no denota en sí mismo culpa o remordimiento, sino la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra insatisfecha consigo misma”. “La metanoia también es denominada por la religión católica, como una transformación profunda de corazón y mente a manera positiva”.

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