Letargo sospechoso

Letargo sospechoso
Editorial El Heraldo



La inmovilidad, por varios meses, tanto en la Secretaría de Seguridad y en la Policía Nacional como en la propia Corte Suprema de Justicia, en el proceso de extradición de supuestos narcotraficantes solicitados por Estados Unidos, es una muestra clara de la forma en que actúa la justicia hondureña a favor de sospechosos con poder, lo que indudablemente se convierte en un estímulo para los corruptos y otros delincuentes y para la misma impunidad.
Hasta ahora la Policía Nacional solo había cumplido con una de las órdenes de captura vigentes para extraditables desde la destitución del anterior director, comisionado Ramón Antonio Sabillón, quien dirigió un equipo, ya también desarticulado, que capturó a los compatriotas que fueron extraditados.
Sin embargo, solo 48 horas después de que EL HERALDO pusiera al descubierto la inacción policial para cumplir con las órdenes de captura, pese a saberse hasta los lugares por donde se mueven los sospechosos, se anunció la captura, en Copán, de uno de los extraditables que es cuñado de uno de los miembros del clan Valle, ya extraditado.
Otro ejemplo de la displicencia policial para cumplir las órdenes de captura se había dado el martes en Tegucigalpa cuando fue personal de OABI el que se llevó la sorpresa de encontrarse con que una prófuga, en el caso del saqueo del IHSS, se encontraba en la vivienda que iban a asegurar. Hasta que el hecho se conoció públicamente la Policía cumplió con su deber.
Pero no solo la Policía. También la cúpula del Poder Judicial le da largas o agiliza su accionar según la conveniencia de poderosos, tal como lo denunció también EL HERALDO, ya que allí se encuentran entrampadas 11 solicitudes de extradición presentadas por Estados Unidos, ya sea porque los magistrados que actúan como jueces de extradición simplemente las engavetan y no emiten resoluciones o porque no se entregan a Seguridad las correspondientes órdenes de captura.
Por esto, y por todo lo que se sabe y lo que no se sabe de las deficiencias en la aplicación de la justicia, es que urge la verdadera depuración policial y de los demás entes vinculados al asunto, pero también que los próximos magistrados de la Corte Suprema de Justicia sean capaces, diligentes, honestos, valientes y totalmente independientes.

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