La tormenta perfecta de la campaña electoral



La tormenta perfecta de la campaña electoral

Por PG. Nieto
Asesor y Profesor C.I.S.

La frase “la tormenta perfecta” se hizo popular a raíz de una película del año 2000 basada en hechos reales. A finales de octubre de 1991, en el Atlántico norte, de manera imprevista confluyeron varias tormentas junto a un huracán produciéndose olas de 25 metros de altura.

La expresión podemos aplicarla a la conjunción de circunstancias negativas que tienden a originar situaciones de máxima tensión y son capaces de arruinar un país. En Honduras, para finales de noviembre, los votantes en las urnas buscamos a los mejores políticos para que defiendan el modelo de sociedad y valores democráticos que nos merecemos durante cuatro años. Hay elementos generadores de tensión a los que debemos prestar atención por si tienden a la convergencia. Algunos relevantes:

1) Desde los “Acuerdos de San José” para la reconciliación nacional se ha venido enfatizando en la necesidad de actualizar el obsoleto marco legislativo que rige el proceso electoral. Tras las elecciones del 2013, la ruptura del bipartidismo terminó por dejar inoperante al Tribunal Supremo Electoral y legislación referente. Las pasadas elecciones primarias desnudaron nuevamente una realidad repetida cada cuatro años, con denuncias y acusaciones de los propios movimientos dentro de cada partido, por manoseo de actas y corrupción. Las demandas sociales procedentes de todos los sectores no han tenido acogida en la actual administración que siempre encuentra excusas para ignorarlas, al punto que ya no quede tiempo de hacer nada y todo siga igual. La Unión Europea está avisando de que pudiera no acompañar el proceso. Estamos ante una bomba de tiempo cuya espoleta percutirá una vez cerrados los colegios electorales. Si la situación revienta conocemos a los responsables.

2) La Alianza de Oposición conformada por los partidos Libre y PINU es una novedad desestabilizadora a tener en cuenta. Manuel Zelaya, ha nombrado a Salvador Nasralla candidato presidencial y paladín contra lo que llama la “dictadura nacionalista”. El cambiante pensamiento del candidato lo pudimos comprobar el pasado día 21 en el programa 30/30. El periodista le muestra un video de la anterior campaña donde denigra al partido Libre. Seguidamente Edgardo Melgar le pregunta sobre el sorprendente giro de su ideario político y su respuesta es un faro guía para los electores. Vino a decir que esas declaraciones fueron fruto de su poca experiencia en política en aquel momento (no dijo que fueran mentira), y que ahora se arrima a los políticos y partidos con los que considera tiene opciones de llegar al poder. El fin justificando cualquier medio. Para enmarcar.

Esta lumbrera ha sabido ir tirando al basurero -durante cuatro años- las esperanzas de un sector del electorado que veía en el PAC una opción genuina de cambio. Igual hizo con noveles y prometedoras figuras políticas que le apoyaron inicialmente y que las dejó consumirse por anorexia. La experiencia nos enseña que no hay que seguir a las personas sino a las ideas, así es como terminan fortaleciéndose los partidos políticos. Para mesías ya tenemos la historia y sabemos cómo terminaron. “Mel” lo ha colocado como punta de lanza para que arremeta contra todo lo que huela a nacionalismo. Despotrica a diestra y siniestra prometiendo lo que nunca podrá cumplir, porque en el hipotético caso de que gane la Presidencia la Alianza “AntiJOH” refundarán a Honduras con una asamblea constituyente. El paladín trata de ganarse las simpatías de pobres y cabreados, porque la pobreza y las emociones son fácilmente manipulables. Suprimirá impuestos; subirá el salario mínimo; quitará los peajes; bajará el precio a los combustibles; dará empleo a todo el mundo sacándonos de la pobreza… Demagogia en estado puro. En definitiva, nos llevará a la tierra prometida. Pero para esa utopía nos obliga a pagar el peaje entregándole nuestro voto. ¿Quién se dejará engañar?

3) Un tercer elemento desestabilizador es la forma como nuestro mandatario ha llegado a convertirse en candidato presidencial del Partido Nacional.

Los detalles son conocidos suficientemente y la sociedad ha vuelto a posicionarse como en el 2009, tensando el marco de convivencia y cuestionando aún más nuestras instituciones y sus autoridades. Incluso algunas embajadas se atrevieron a expresar por escrito sus posiciones. El candidato nacionalista deberá contar con un buen impermeable para soportar la lluvia que se le viene encima, porque puede ser su talón de Aquiles en la campaña.

4) A las inestabilidades descritas podemos añadir como guinda del postre la incertidumbre que generan los procesos judiciales contra hondureños en los Estados Unidos, porque ciertamente podrían afectar a la campaña. Este punto lo mencioné en anteriores artículos.

Imaginemos un escenario, el más peligroso e improbable, donde confluyan estas cuatro depresiones meteorológicas durante el proceso electoral, y otras inestabilidades que por falta de espacio no incluyo, entenderemos que la potencial tormenta perfecta resultante podría convertirse en otro Cisne Negro.

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