La alianza contra JOH



La alianza contra JOH

Por: Juan Ramón Martínez
La idea de unir diversas fuerzas políticas no es nueva en la historia política del país. Especialmente cuando las alianzas, tienen como finalidad derrotar al adversario, sin precisar para qué; ni aclarar los beneficios de transformación del sistema y la creación de mecanismos en la estructura del país en términos que, permitan echar andar su postergado desarrollo. Sacándole del inmovilismo en el que se encuentra. Desde una perspectiva minimalista, el análisis es más fácil, porque la pregunta es si la alianza, derivará solo en beneficios para los aliados, cuya finalidad es evitar que el Partido Nacional continúe por otros cuatro años más, dirigiendo el gobierno de Honduras.

En el país, durante esta campaña electoral, se debaten dos temas reales -además fundamentales- uno, soterrado y casi sin mención pública, hasta ahora, como si se tratara de un maleficio indígena: el de la no reelección. Y el segundo, la continuidad del Partido Nacional en el poder y la vigencia del liderazgo de JOH. De allí que, resulte de entrada, una contradicción inevitable: el que se unan fuerzas que no comparten el tema de la no reelección y no la hacen bandera para movilizar al electorado -como es el caso de Libre y de repente de PAC cuyo desorden ideológico hace difícil su ubicación en este asunto-, lo que hace imposible que la alianza le pueda ganar a JOH, que se postula, por una sola vez, a la reelección. La única fórmula para que el tema de la antireelección mueva a las masas, a los jóvenes y a los grupos independientes, más algunos sectores del Partido Nacional, es una confrontación entre el Partido Nacional y el Partido Liberal. Y sin que Zelaya, el “bueno”, que no tiene mancha en este tema, se contamine con grupos que, jugaron en el pasado, a la destrucción de la Constitución, de la que decían que habiendo sido tantas veces violada, violarla nuevamente, no afectaba al estado de derecho. Si la alianza incluye a reeleccionistas comprobados y antireeleccionistas oportunistas, la cuestión fundamental, se torna secundaria. Y el fin sería impedir que el Partido Nacional continúe en el poder. Lo que llevaría a discutir si la continuidad que ha asegurado liderazgo del país ante las administraciones de los Estados Unidos; -que con sus medidas internas aumentara los factores que producen la inseguridad, frente a la que JOH se ha planteado con una energía sin parangón, que hace lucir débiles a quienes le disputan el liderazgo actualmente-; la unidad de las fuerzas de seguridad que se mantienen firmes en contra del crimen común y organizado; el seguimiento a los grandes proyectos: Canal Seco, Palmerola, SEDES, y construcción del ferrocarril interoceánico, se interrumpe o no. La oposición a estos proyectos, obligará a la alianza o al Partido Liberal, a presentar contrapropuestas mejores, más viables, menos costosas y más rentables, que no tienen.

Hasta ahora la alianza, no promete nada. Solo plantea el quítate tú, para ponerme yo. Y el candidato del Partido Liberal, tampoco. Apenas ha iniciado críticas mínimas, con las cuales no clarifica cuál será el eje central de su campaña: la continuidad de lo hecho hasta ahora y los efectos que tendrá para el país la no continuación de lo ejecutado. Cuando surja el tema de la reelección, con una alianza rabiosa, urgida en impedir que JOH se reelija por una sola vez, tendrá pocos argumentos creíbles para presentarse. El Partido Liberal en cambio, puede construir en el imaginario popular, una tradición, coherente de su “revolución” de 1894, ofreciendo incluso la no reelección para diputados y alcaldes. Pero hacerlo, debilitará la candidatura de Zelaya, el “bueno” que, tiene sus mejores aliados, entre diputados y alcaldes, algunos de los que habrán gobernado más tiempo que Carías, campeón del gusto por el poder.

JOH, tiene a su favor, un partido sin mayores fisuras visibles. Y goza, de una gran de exposición pública que le permite -sin aburrir al electorado- garantizar un voto que comparte su estilo de gobernar al país y sus metas propuestas. Esto no lo tiene la alianza; ni el Partido Liberal, que debe empezar por hacer una crítica profunda de lo que se ha hecho hasta ahora. Para desde allí, hacer nuevas propuestas. Y no sabemos que estén trabajando en ello.

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