La corrupción no tiene ideología

 La corrupción no tiene ideología 

En Honduras, la percepción de la corrupción por parte de la ciudadanía casi llega al 100%, pues lo que se ve a diario, no deja duda de ello, desde la más alta investidura del país hasta el último engranaje de aparato administrativo, sin obviar el sistema privado que es parte importante en este proceso de corrupción, y la población en general que avizora la corrupción como una viveza de quienes la practican y que es digno de emularlo, como una manera de salir de la pobreza de una vez en su vida. 

En nuestros lares, la corrupción no tiene ideología, pues hemos visto que, en los diferentes gobiernos habidos en mi país, todos han caminado a la par de ella, unos más que otros, pero en los últimos años, parece que es una competencia despiadada a ver quién es más corrupto, tanto que han saqueado instituciones de servicio al público como ser secretaría de salud, seguro social, siendo estas las más emblemáticas, pero que no se quedan atrás otras instituciones públicas. 

En los últimos gobiernos, se han enajenado empresas de servicio público, se han entregado las cuencas hidrográficas a determinados personajes asociados al poder político, de tal manera que se ven ya los destrozos en las cuencas de los ríos y en los mismos ríos, igual con la asignación de los recursos no renovables como la minería, quienes muchas veces practican la minería a cielo abierto, en detrimento del medio ambiente, y todo por unos pocos lempiras desplumados y la ingente cantidad de mineros que quedan enfermos y la gran cantidad de comunidades en donde han dañado las fuentes de agua, ignorando las cantidades de mineral que salen del país y que no retorna, pues sus estimaciones son confusas. 

El erario público es manoseado con las puras manos, y amparados en leyes absurdas, caen en la categoría de secretos de estado, tanto que de esa manera han salido nuevos ricos, acentuándose la pobreza y creando una nueva casta de ricos. 

En nuestro país, la ideología política es la ideal democracia, en donde los diferentes partidos políticos orbitan en un amplio arco de ideologías, desde los que se denominan comunistas, socialistas, democristianos, berenjenos, derechistas, liberales, seudoliberales, y todos tienen un denominador común, son en esencia partidos corruptos en mayor o menor grado. 

En Latinoamérica, se da el mismo fenómeno de la corrupción, en dónde países en su tiempo ricos y con recursos naturales tan preciados como el petróleo, han sido saqueados en nombre de ya sea la democracia o el socialismo, sus dirigentes en la actualidad son multimillonarios, sin poder justificar esas fortunas con sus salarios o sus actividades comerciales, en donde las queridas y todos sus familiares han tenido la bonanza de ser partícipes del saqueo, por ello sabemos, que el pueblo muchas veces solo ve y a veces sienten la envidia de estar en esas mismas posiciones, pues la cultura de las buenas costumbres y la honestidad, son aves raras en la formación de la conducta ciudadana.