¿Cómo podéis decir algo bueno si estáis envenenados?
¿Cómo podéis decir algo bueno si estáis envenenados?
Por Boris Zelaya Rubí
“Los campesinos analfabetos de una aldea de nuestro terruño, dan muestras de mayor sensatez social y personal que la gente culta de las grandes urbes”.
Se inició en las grandes ligas políticas con una pose de yo no fui, con una vocecita de catedrático educado y de formación científica, pero creemos que los asesores o el afloramiento de su verdadera personalidad, ha mostrado una metamorfosis casi como dice el vulgo ¡de vuelta de calcetín! Ha abandonado su pose hipócrita de “pasmado” y copiando, desgraciadamente la forma de vestir del gran presentador de televisión, usa pantalones rojos, camisitas rosadas y sacos del mismo color, y una forma de expresarse mal intencionada y solo escuchada al calor de la famosa “charamila” o aguardiente clandestino produciendo chismografía social como en cualquier estanco o (chagüite) de mala muerte.
En vez de adoptar un discurso vibrante como el de Rodas Alvarado y el verbo florido de Villeda Morales, se ha lanzado a la vulgaridad, insultando hasta la autora de sus días a los nacionalistas. Le ha faltado el respeto a mandatarios, exmandatarios y periodistas, llegando al colmo de retar al actual Presidente de todos los hondureños, diciéndole que se ponga los pantalones, para según él, obligarlo a aceptar el reto a un debate, donde tal vez no se ha dado cuenta que lleva las de perder, porque el planteará sus promesas, mientras el actual y futuro mandatario puede demostrar con hechos, los logros alcanzados en beneficio del pueblo.
La desesperación del candidato liberal cuyo fracaso se inicia con la poca tolerancia hacia sus propios correligionarios, como el de doña Gabriela Núñez, que tiene miles de seguidores, lo tiene con grave crisis nerviosa. El exrector demuestra más que está mal asesorado o es terco cuando de política se trata. Ya no hay tiempo, tendrá que esperar otro período para por lo menos conseguir una diputación, como los candidatos que lo antecedieron.
Como dice nuestro buen amigo el magnífico hombre de mil batallas, doctor Ramón Custodio: la ideología de tantos tránsfugas políticos es tan voluble, que no existe más que la fuerza individual de sus cerebros y estómagos ¡triste realidad! Logran que la sociedad luche por verlos en el poder, aunque se muevan como palmeras borrachas de acuerdo a donde les sople el viento, sin ningún norte ni orientación para vergüenza de aquellos grandes hombres que todavía existen.
Entre los adversarios del Partido Nacional, algunos parecieran activistas cachurecos, tratando de motivar a sus propios correligionarios, para que en desbandada abandones las filas por la crisis continua entre sus líderes, cada vez más insatisfechos, por esos pequeños cerrados grupos que se preocupan más por sus propios intereses que por los de la nación.
La desesperación ante la inminente derrota, los ha llevado causarle daños irreparables a nuestra nación en el exterior, en donde nos crean una imagen como si todavía anduviéramos con el arco y la flecha, vistiendo taparrabos ¡pobres hombres! Falsos líderes, pareciera que al contrario de aparentar ser unos científicos, se quedaron en uno de los eslabones perdidos del hombre de Cromañón, sin alcanzar el desarrollo total como seres humanos y no son dignos de pertenecer a la categoría de Homo sapiens. Solamente demuestran la fragilidad inevitable de la naturaleza humana. Estos señalamientos no son más el producto de la carencia que observamos de liderazgos políticos, que no auguran un efectivo funcionamiento y un gobierno democrático. No pueden decir algo bueno ¡están envenenados del alma!
De rodillas solo para orar a Dios.
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