Propuestas o barricada

Propuestas o barricada

Por: Antonio Flores Arriaza
El candidato de la Alianza (Libre-Pinu) Salvador Nasralla presentó, dijo, su propuesta del gobierno que desarrollaría si lograse ser el próximo presidente de la República: sigue sin distinguir A de B. Lució más como un discurso de barricada para excitar ánimos, que le caracteriza, que una seria propuesta de plan de gobierno. Como le es natural, se exaltó como en una discusión callejera. Al dueño de esa Alianza, el señor Manuel (“Mel”) Zelaya, se le pudo observar con una sonrisa irónica que podía leerse como “qué bien me está saliendo el empleado” o “este no logra pasar de allí”. Mostró poco entusiasmado. Fue notorio observar al grupo de personas sentadas en el área de privilegio de esa reunión: lucían muy serias, indiferentes, con breves aplausos pobres de entusiasmo. Y hasta algunas ex PAC, a quienes se les observó sin entusiasmo, como si no compartieran lo que el candidato decía o estuviesen allí por obligación. Y la gente de otra categoría que aparecía de pie, se abstuvo de aplaudir durante todo el discurso, algunos mostraban sus brazos cruzados al frente insinuando no estar comprometidos con lo que allí se decía. La diferencia la hizo un “coro” adoctrinado para entonar lemas debidamente asignados para cada momento. Sin ellos el evento habría lucido muy frío. Lo más interesante es que se les apreciaba muy programados, excepto, cuando el candidato prometió “vamos a respetar la autonomía de la UNAH y el rol de los estudiantes” y entonces los jóvenes rompieron su mutismo y saltaron y gritaron, así nos permitieron comprender su identidad, origen y motivaciones.

Hizo un largo y acusador discurso tratando de mostrar un diagnóstico de la situación del país. Como que el candidato no fue instruido para diferenciar lo que es la deuda pública al “explicarle” al auditorio, que es la deuda que tiene el país hacia el exterior. Bueno, quizás no sea importante porque en su gobierno no habrá impuestos para pagar la externa ni la pública. Una de sus grandes promesas fue la de abatir impuestos (alguien dijo una vez “hay algo que uno no podrá evitar jamás: morirse y pagar impuestos”).

Las grandes promesas (no habrá ejes de gobierno, solamente medidas y medidas, como una polvareda: cero planificación): consulta popular (que en el gobierno del Poder Ciudadano de “Mel” ya las conocimos y comprendimos que de catarsis no pasaron), “nueva Constitución” (evitó decir “Asamblea Constituyente” porque se asociaría con la Constituyente de Maduro en Venezuela) y nunca dicen qué harán en esa Constituyente (ya vemos la Constituyente de Maduro y recordamos lo que dijo uno de sus líderes del propósito de una Constituyente). Una nueva Corte Suprema de Justicia (“Mel” quiso, a la fuerza, que la presidenta de la Corte fuera la esposa de Flores Valeriano, el de la carretilla). No habrá devaluación (sin decir cómo lo evitarían).

Mi mayor expectativa fue cuando dijo: “Vamos por un modelo de economía alternativa” y me puse muy atento. Esperaba escuchar que suprimiría el modelo liberal de economía libre de mercado del cual la izquierda es adversaria. Pero solamente escuché un listado de activismo: “aumentaremos el empleo, aumentaremos la riqueza, quitaremos las cargas a los cafetaleros, bajaremos los intereses a los pequeños productores, subsidiaremos y daremos créditos y estimularemos a los ganaderos y crearemos una ley de incentivos a los agricultores para que tengamos qué comer”. Entonces ¿cuál es la diferencia? Prometió una educación bilingüe intercultural: es decir, está de acuerdo con la penetración cultural. O sea, apoyará la globalización. ¿Qué dirá Libre de esto? Y “Mel” Zelaya dejó de aplaudir y empezó a hablar por su celular. Y los aplausos de los asistentes fueron pobrísimos. Las masas de Libre allí presentes no aportaron ni un aplauso y cruzaron más sus brazos. Rostros inexpresivos. ¿Le dieron golpe de Estado a Libre?
No prometió regresar los militares a sus cuarteles: prometió “Vamos a mantener la Policía Militar” Al contrario. Dijo “las Fuerzas Armadas serán el principal bastión”. Ya vimos que “Mel” quiso colocar de gerentes de las empresas estatales a militares en activo. Saben que quienes sostienen el gobierno dictatorial de Maduro en Venezuela son los militares. Y tampoco reafirmó su promesa de un mejor modelo carcelario “así como Alcatraz” cerrando “El Pozo”. Ahora quieren a la Policía, antes era un órgano represivo.

Cerró su propuesta con una lista (porque no dio ninguna explicación de qué será o cómo se hará) de 20 temas que caracterizarán su “estado social, democrático y participativo”. Ya no habló de una democracia socialista. Enumeró desde grandes variables como energía o “modelo económico alternativo” hasta pequeñas actividades: “colaborar con los productores de papas”. O irrealizables: “no volveremos a condenar con alzas de combustibles”. No podían faltar sus amenazas anarquistas: “¡Llamo al pueblo a la movilización total!… advierto que se puede producir inestabilidad con consecuencias que no puedo anticipar”.


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