EL GOLPE DE ALLÁ TAMBIÉN PEGA ACÁ

EL GOLPE DE ALLÁ TAMBIÉN PEGA ACÁ


ESTO que ha sucedido en Texas es un desastre que requiere el análisis urgente de las autoridades hondureñas como del sector empresarial. Más allá de las pérdidas humanas y los daños materiales, este violento huracán que severamente castigó el Estado de Texas, va a tener ingrata consecuencia en la economía estadounidense y de América Latina. Es un tremendo leñazo al núcleo de la industria estadounidense, que distorsiona el mercado de la producción y el refinamiento del petróleo, cuyo impacto negativo ya está causando escalofríos por todos lados. Esta zona es considerada la mayor estación de entrada y salida de productos petrolíferos. Texas representa el 30% de la capacidad de refinado de la industria norteamericana.

El cierre de las refinerías como de las terminales de petróleo en los próximos meses provocará una terrible escasez de las gasolinas en aquel país y, por supuesto, aquí en Honduras como en el resto del continente. Las pérdidas ocasionadas por la desgracia podrían alcanzar los 100 mil millones de dólares. El ciclón es considerado uno de los más potentes que paraliza el Golfo de México y que llega a Texas en los últimos 50 años. Incalculables los costos –que podrían exceder los 30 mil millones de dólares– que el siniestro representa para las compañías aseguradoras y reaseguradoras. La repercusión en elevar las primas de los seguros más adelante. Además de azotar la infraestructura de viviendas, edificios, carreteras y de la calamidad que ocasiona en la ciudad de Houston, daña las principales refinerías de petróleo como los centros de extracción y de producción. Las plantas paradas refinan unos 2.5 millones de barriles de petróleo diarios. La oferta de gasolina y el nivel de precios en los mercados más que el suministro de crudo depende de la capacidad de refinarlo. Crudo hay suficiente en el mundo. El cuello de botella está en la limitada infraestructura para refinarlo y abastecer adecuadamente la demanda. El huracán, sin duda, “es negativo para el crudo y positivo para los productos refinados”, lo que sugiere un alza de precios a todo tipo de gasolinas. Aquí tienen, pues, un apretado resumen de los datos que hemos podido recabar. No hay forma de saber si las las cifras citadas hoy describen la totalidad del desastre porque estas, a medida que afloran las secuelas, sufren revisión.

Pero nos da una panorámica general de lo que ha sucedido y de los días que nos esperan. La economía hondureña es sumamente dependiente del mercado norteamericano. Es preciso calcular cómo lo ocurrido vaya a afectar el volumen de nuestras exportaciones como del suministro de materias primas indispensables a la industria local. Pero, además, todo el crudo y la gasolina que se consume en el país se importa. La escasez del producto como el alza de precios de los refinados no se puede evitar. ¿Qué acciones deben tomarse internamente frente a esta realidad para paliar su efecto en la economía nacional? No es inquietud para echarla en costal roto. El golpe allá también pega acá.

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