Las cuatro “T” del desarrollo económico y social

Las cuatro “T” del desarrollo económico y social

Por: Aldo Romero
Periodista y catedrático universitario
La pobreza y la desigualdad agudizan las crisis en los países pobres o en vías de desarrollo, diversas organizaciones han evaluado y advertido que los avances no son visibles en áreas prioritarias para el desarrollo económico y social, por el contrario, cada vez se adoptan decisiones equivocadas que agudizan la problemática de sus habitantes.

¿Qué hacer como país para salir de la pobreza? ¿Hacia dónde los que aspiran gobernar el país deben enfocar sus esfuerzos como líderes estadistas y no como políticos oportunistas? Sobre este tema dialogábamos en un reciente foro televisivo con el doctor Omar Andrés García, experto en temas de gobernabilidad y transparencia, y coincidíamos en lo que en esta columna hoy denominamos “Las cuatro “T” del desarrollo”.

El primer elemento tiene que ver con la tierra. Especialistas coinciden que este es el principal problema agrario del país, no existe un modelo de desarrollo igualitario, la tierra por décadas se ha concentrado en pocas manos y en muchos casos hay conflicto legal por los derechos de titularidad.

La mala distribución de la tierra y la falta de acceso a la misma contribuyen a generar más pobreza y agudiza las condiciones de desigualdad social, no es desconocido que la debilidad estatal en esta materia ha ocasionado tensiones y violentos enfrentamientos que ya causaron luto y dolor entre varias familias. Un gobierno que pretenda seriamente impulsar al país hacia su desarrollo económico, debe crear condiciones favorables en materia de reforma agraria.

La segunda “T” se refiere al trabajo, es imposible alcanzar desarrollo cuando la mayor parte de los empleos que el país genera son de baja calidad, de tiempo parcial y mal remunerado.

La crisis de empleo se ve motivada por dos factores negativos, por un lado la baja oferta para gran cantidad de aspirantes a una sola plaza, y por otro, los bajos salarios a los que un trabajador se ve obligado a aceptar por necesidad de al menos suplir en parte sus necesidades de subsistencia.

Las sociedades prosperan cuando los países ofrecen las condiciones para una oferta laboral cuyo valor esencial es la seguridad económica individual del trabajador, un país que es capaz de garantizar a sus ciudadanos el pleno empleo para generar ingresos decentes, hace que a su vez, estos se enfoquen en otros elementos de desarrollo, como la educación, la cultura, la capacitación y el tiempo familiar de calidad.

La tercera “T” del desarrollo social y económico está en la tecnología. Un informe elaborado por la Agencia Especial para el Desarrollo, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), revela que son mínimos los recursos que los países en vías de desarrollo destinan a la innovación tecnológica, particularmente en aquellas orientadas a fortalecer la educación y los sectores productivos, esta brecha tecnológica dice el informe de la ONU, hace más pobre a los pobres.

Finalmente, la cuarta “T” se enfoca en la transparencia, de más está decir que la corrupción y la mala costumbre de no rendir cuentas en la gestión pública agudizan la crisis social y económica del país.

La avaricia, el abuso de autoridad, la malversación de los recursos públicos o la excesiva burocratización de trámites y procesos hacen aún más desolador el panorama social y económico, en este aspecto es imperativo el involucramiento de la sociedad organizada a través de propuestas ciudadanas de veeduría y denuncia.

Quien aspire a gobernar un país en condiciones extremas de pobreza y desigualdad debe comportarse a la altura de las circunstancias, debe ser un líder dispuesto a modelar con el ejemplo y trabajar con inteligencia, honestidad e integridad, eso sí, rodeado de los mejores profesionales y no de sus amistades políticas.

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