La estrategia nacionalista



La estrategia nacionalista

Por: Nery Alexis Gaitán
Apostando a continuar en el poder, la estrategia nacionalista es abarcadora en tiempo y en poderes. En tiempo, cuatro años más en el poder, que hasta el momento van ocho, lo que sumarían doce. Y en poderes, porque la estrategia es dominar completamente los tres poderes del Estado.

A estas alturas del proceso electoral ya no tiene sentido la discusión si la reelección presidencial es ilegal o no. Va y punto final. El Presidente de la República es al mismo tiempo candidato presidencial de su partido y continúa en funciones; no renuncia, como lo establece la ley.

La estrategia del Presidente Juan Orlando Hernández fue muy clara desde el inicio: continuar en el poder. Para ello, inició un arduo proceso de negociación que le fue abriendo las puertas tanto en el Congreso Nacional como en la Corte Suprema de Justicia. De momento se espera que el Congreso Nacional legisle la reelección y la establezca solamente para un período ¿o para más?

La verticalidad de la estrategia nacionalista ha sido asombrosa, todo posible competidor a la silla presidencial, dentro de las filas del nacionalismo, fue neutralizado convenientemente. Y la figura presidencial fue incuestionable. Creemos que es seguro, por la disciplina partidaria, que JOH gobernará cuatro años más; una oposición decadente como es la Alianza, que atenta contra nuestra democracia, y no tiene arraigo en el pueblo hondureño, no tiene posibilidades de llegar al poder. Y el otro opositor, el Partido Liberal, aunque se ha fortalecido, no representa una opción de triunfo, sobre todo, con el candidato que se muestra apático ante la juventud. Así que hay nacionalismo para rato…

Esta administración nacionalista tiene puntos a su favor. Su lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y la extorsión, así como la extradición de personas ligadas a estos flagelos. No se puede negar que han bajado los índices delictivos, pero no a tal grado de hacer sentir seguros y en paz a los hondureños; todavía falta mucho por hacer en esta lucha. También ha generado empleos, aunque no tantos como han prometido. Y ha desarrollado algunos programas de alivio social que han sido bien vistos por la población.

Pero también se le hacen serios cuestionamientos como partícipe en actos de corrupción. El descalabro del IHSS se le achaca a los nacionalistas, pero en honor a la verdad, los involucrados pertenecen a todos los partidos políticos. La entrega de los diferentes bonos que otorga el gobierno, incluyendo la bolsa solidaria, son muy cuestionados. Por ejemplo, al momento de entregar el bono 10 mil, los encargados solo entregan Lps. 800.00 y prometen que darán el resto después y nunca lo hacen, pero las personas son obligadas a firmar que recibieron los Lps. 10,000.00. Una señora que reclamó esta anomalía fue amenazada por los activistas nacionalistas que la iban a meter presa, cuando en realidad ellos son los que deberían ir a la cárcel por corruptos. Y algo similar ocurre con los demás bonos que da el gobierno a la gente pobre. Al respecto, parece que solo una fracción del nacionalismo goza de estos “privilegios”.

También se le cuestiona la imposición de impuestos que, como ya sabemos, siempre golpean a los pobres, mientras que a los grandes empresarios se los condonan. Así como entregar la ENEE a los colombianos y la privatización de otras empresas nacionales.

Aunque la administración nacionalista es cuestionada, sobre todo por una oposición sin cuestionamientos serios, de momento presenta una sólida opción de triunfo en las próximas elecciones. El pueblo espera una transparencia mayor en el gobierno y que en realidad haya evidencias de “una vida mejor” para los pobres.

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