¿Amenazas y chantajes? ¡Política sucia!

¿Amenazas y chantajes? ¡Política sucia!

Por Boris Zelaya Rubí

“La campaña negativa resalta errores y defectos del adversario. Los estudia, los subraya ante el público, los pone en primer plano, los destaca y coloca sobre ellos una inmensa lupa y un potente foco de luz. Busca que el público advierta el grave error que significaría votar por ese adversario y las consecuencias negativas que acarrearía. La campaña sucia no resalta los errores y defectos sino que los inventa”.

La desunión camina a pasos agigantados. Han comenzado su labor maquiavélica, insinuando que la esposa de un candidato por su estado de gravidez, no puede ser aspirante a diputada. Tratan, pareciera que hasta con “alegría”, de eliminarla de los listados alegando que su esposo, el líder de la Alianza, le hace propaganda solamente a sus parciales, que encontraron refugio en el Partido de Innovación y Unidad (PINU). Los socialistas del siglo XXI, tienen miedo de ser desplazados por los que fundaron el Partido Anticorrupción y quieren hacer fracasar la Alianza, obligando a que, ante la inminente derrota, renuncie a participar en las justas electorales. Olvidan los verdugos que existen varios partidos que a falta de los “aliados”, captarán la simpatía de los hondureños que no comulgan con la ideología del partido Libre. El pueblo está acostumbrado a cumplir con su deber ciudadano ejerciendo el sufragio.

Los del grupo de apoyo ideológico (ñángaras), son los que toman esas decisiones violentas, dejando a los que han pretendido incrustarse en el Poder Legislativo, con los colochos hechos y con sus bolsas vacías por los gastos que les han ocasionado sus ambiciones. El “tal Mel” pide o condiciona que pueden retirarse del proceso electoral si el sistema de conteo del Tribunal Supremo Electoral, no lo cambian como a él se le antoja y pide que le incrusten un representante, poniendo en duda la honestidad de los integrantes de la institución. (El que las usa se las imagina).

El 30 del mes en curso, el candidato que alguna vez tuvo su propio partido, espera que millones de personas le supliquen que siga en la búsqueda de la presidencia, ojalá llegue suficiente gente para que lo animen a continuar, porque es más fácil ganarle a él que a cualquier otro, pues este aprendiz de líder, ha demostrado su inestabilidad emocional y falta de conocimientos políticos. Si por esas grandes casualidades de la vida, llegara al solio presidencial, sería un castigo que los hondureños no merecemos.

Si el candidato de la Alianza, cumple con la intención de llevar a cabo una magna asamblea en la ciudad del adelantado, aunque siempre dudamos de sus amenazas por sus posturas tan volubles, la gente acudiría a verlo por curiosidad o entretenimiento, de lo contrario, desaparecería del ámbito político sin pena ni gloria y volverá a ser de nuevo un hombre “equis” y un “cero” a la izquierda, o contribuiría al final inevitable, como resultado de las elecciones generales, por las cuales el pueblo hondureño tan dicharachero advierte, que el presentador de televisión, “anda con los zopilotes en el lomo y las candelas en las bolsas”, su muerte política es inminente. La gente a quienes ha señalado de corruptos y narcotraficantes no lo procesará en compensación al entretenimiento, que con su estudiada comicidad les ha brindado.

Entre la campaña negativa y la campaña sucia hay una delgada línea imaginaria que los separa, ¡más vale que no se atrevan a cruzarla! Los resultados serían funestos y dañinos para sus pretensiones, podría ser que mientras planifican los desórdenes dizque revolucionarios, quizás necesitemos unos dieciséis años para refundar la paz.

De rodillas solo para orar a Dios.

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