Clamor general: genesis de los indignados

Clamor general: génesis de los indignados





Los diputados, muchos prefieren la tranquilidad al pensamiento, varias disertaciones sobre sus intereses particulares, a reflexionar sobre el estado de nuestra patria: Honduras.
Muchos de ellos , han envejecidos en el congreso nacional, sin pena ni gloria, convertidos en dinosaurios de la política vernácula, a quienes gusta sentarse en los cafés por las tardes, con una copa de vino, una cerveza o un aromático habano, discutiendo con sus amigos las diferentes posiciones que presentan en el claustro, comentando con aire doctoral o desaprobándolas¿ Que saben ellos de la vida miserable del pueblo hondureño, las angustias que viven millares de familias, a  parte de usufructuar los recursos del estado?
Son legisladores según afirman ¡Que se queden con sus leyes y dejen de jorobar al pueblo!
Pero en cuanto hay la menor agitación en el populacho, los diputados son los primeros en enarbolar la bandera de lucha, siempre pensando en sus  aviesos intereses personales y de grupo, nunca en bienestar popular en general.
Entre tanto, mientras no se están dirigiendo a sus compañeros de congreso, sobre la necesidad de crear tantas bonificaciones, regalías, ONG`S, casas para los necesitados, para las turbas que responden a su llamado, o más comidas gratis para las masas que no gustan trabajar, supervisan furtivamente los negocios, fabricas, empresas o ayudan a que parientes o testaferros metidos en estos negocios a que consigan subsidios, condonación de deudas, o inclinar contratos del gobierno a su favor, cumpliendo la ley de contratación del estado, que les garantiza la impunidad, pero sobrevalorando los productos sujetos a compra  o servicios, de tal manera que corrupto y corruptor salen ganando.
Es difícil creer que los diputados no estén marcados con sobornos, o que anden detrás de ellos, desviación de subsidios, con sus excepciones, .
El congreso nacional se ha transformado en una cerrada organización de indeseables con sus excepciones, que saquea el tesoro del estado, en nombre del bien general, y que tienen tras de si una multitud de estómagos hambrientos, ladrones y avariciosos que ellos llaman activistas y acerca de los cuales se expresan con las mas emocionantes solicitudes.
El destino de Honduras, el destino de los desesperados contribuyentes, no significa nada  paras tales hombres, ¡Que la deuda publica crezca! Que la clase media sea aplastada bajo los impuestos, extorsiones tanto del gobierno nacional como municipales, y explotación, porque la clase media fue creada  sino para servir como bueyes tirando de los carros de los diputados, seguidos por una multitud de hambrientos mendigos.
Un hombre honesto, un hombre que trabaje y honre a Honduras y la constitución de la república, no solo es un idiota sino que se sospecha de él. Hay que enviar al cobrador de impuestos (DEI) para que haga investigación, probablemente no está pagando la parte “justa” de los impuestos.
Los militares engordando en las barracas , con sus juegos de guerra, pidiendo más presupuesto para la defensa de la soberanía nacional, creando nuevos batallones, mientras los delincuentes organizados y no organizados hacen de las suyas ante la paciencia de quienes están para garantizar la seguridad pública,  pese a los miles de millones de lempiras que se gastan en seguridad en el país.
Un poder ejecutivo que dice estar atribulado por las pobreza del pueblo hondureño, y en aras de esa pobreza, se sigue endeudando para crear instituciones destinadas a disminuir la pobreza, pero paradójicamente esta aumentando, ya que día a día le están quitando poder adquisitivo al lempira, haciendo más pobre al pueblo, y de remate más endeudado, de tal manera que la cantidad de pobres en Honduras está migrando a la nueva clase de los miserables. Se duele de los pobres, pero cierra los ojos ante la grosería de haber tirado miles de trabajadores a la calle, y estamos de acuerdo, nadie es indispensable, pero tenía que haber dado de inmediato lo correspondiente a los beneficios laborales adquiridos, y no mandarlos a hambrear sin ningún lempira en la bolsa, eso es grosero, igual situación de los miles de empleados cesanteados  a quienes se les niega el pago de sus derechos laborales, con la situación de que estos ex trabajadores son personas de la tercera edad, excluidos de la posibilidad de un empleo por su edad,.
El latrocinio de las instituciones públicas más importantes como ser seguro social, secretaria de salud, institutos de previsión social, en donde no se ha visto que se haga justicia y los ladrones riendo  descaradamente ante la impunidad de la que gozan, gracias a un poder judicial comprometido y sin independencia como poder del estado.
Políticos corruptos que se pelean públicamente y aparecen como enemigos irreconciliables, pero en lo privado comen en el mismo plato.
Todo esto ha llevado a que desaparezca la clase media y aparezca una nueva clase nefasta la clase política de remate hereditaria que es la que hace y deshace en este pobre país.
Todo esto ha llevado a que la juventud pensante, levante la bandera de lucha de un hasta aquí, no más latrocinio, no más impunidad, no más corrupción.
Los políticos de ciertos partidos, han tratado de arrebatar la conducción de las marcha s de los indignados, para llevar agua a su molino, pero ya el pueblo los tiene identificados y no les siguen y los rechazan pese a ser caras duras, con la agravante de que estos infiltrados, quieren meterle fuego al país, pero creemos que los pocos políticos decentes y comprometidos con el país, puedan llevar a buen puerto a este barco llamado HONDURAS




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