La deuda social que tiene el estado con el pueblo hondureño
La deuda
social que tiene el estado con el pueblo hondureño
En Honduras, el sistema sanitario público ha colapsado, de
tal manera que en la actualidad, el pueblo enfermo de Honduras, tiene que hacer
malabares para la recuperación de la salud.
Para que esto haya ocurrido, han tenido que darse una serie
de situaciones en las cuales los diferentes gobiernos han sido cómplices en
mantener una actitud de desprecio hacia los enfermo, motivado muchas veces por
intereses de índole política, otras corrupción, aunado a una degradación moral
de los empleados que laboran en los distintos centros de salud y hospitales
públicos, momento que se exacerba cuando los políticos de marras meten sus
manos en la administración y contratación del personal, lo que tira por la
borda la carrera administrativa y favorece el clientelismo político en
detrimento de la idoneidad del personal
a contratar.
Los gobiernos de turno son responsables por no dar
seguimiento a las políticas de salud del gobierno anterior, si no que
sencillamente la tiran al cesto de la basura, sin evaluar sus resultados,
creando una nueva línea de acción con el menoscabo de la inversión anterior, así
como la frustración del equipo de trabajo, pues su accionar quedó en la nada, también
en su momento se legisló para la municipalización del sistema de salud, algo
que se dio a medias solamente en lo referente a engrosar el personal
administrativo, en menoscabo del personal de atención médica directa, pues se
crearon veinte regiones de salud, en vez de las ocho que existían originalmente,
se creó la figura del jefe municipal de salud, lo cual incrementó el número de
médicos en actividades administrativas ineficaces, pues la mayoría de estos
servidores ignoran cuál es su perfil ocupacional y su captación de los mismos
privó un componente político como el requisito principal para su contratación,
cada equipo está rodeado de un sinnúmero de personas que engrosaron las filas
de trabajadores administrativos, que solamente se encargan de vegetar y simular
que trabajan en beneficio de la población.
Otra situación que también es responsabilidad estatal, es la incapacidad
de prever las necesidades de una población en aumento, cuando las unidades
productoras de salud, se quedaron estáticas en su crecimiento vegetativo, pues
los hospitales la mayoría datan de los años ochenta, lapso en que su capacidad
resolutiva ha sido superada por la demanda, sumando a ello el decrecimiento de
los suministros tanto de medicamentos como material médico quirúrgico, pues a
pesar de que pomposamente anunciaban el incremento de las partidas para compra
de estos insumos, la devaluación y la inflación hace que la cantidad de producto
comprado disminuya, tanto por lo anteriormente expuesto como por la inmoral
acción de los administradores de inflar el precio de los productos como una
forma legal de robar, sumando también la fuga mediante el robo hormiga al interior
de los establecimientos de salud, también el abuso de muchos pacientes que en
su afán de acaparar medicamentos casi siempre de enfermedades crónicas, se
presentan a los diferentes establecimientos de salud, en donde se les da los
medicamentos, cada vez que se presentan a la consulta, ya que no existe un
sistema adecuado de registro y no existe una red conectada entre los diferentes
establecimientos, que permita identificar a estas personas, que sacan
medicamentos legalmente pero de forma inmoral, en detrimento de los otros
pacientes con menos oportunidad de movilizarse a los diferentes
establecimientos de salud.
Otra de las razones para que el sistema de salud se encuentre
colapsado, es la actitud negativa de los trabajadores de los hospitales de área
o regionales, que en una forma irresponsable, se convierten en simples
tramitadores de referencias, aun a sabiendas de que pueden resolver el problema
de salud en su establecimiento, pero es más fácil enviarlo al hospital de
referencia mediante excusas muchas veces banales y ridículas, a veces simplemente
por no hacer su verdadero trabajo por el cual se les paga, esto en lo referente
al personal médico, pues muchas veces son incapaces de innovar, recurriendo a
la referencia de los pacientes.
También es digno de mencionar, que los suministros tanto de material médico quirúrgico
como de medicamentos, no cumple las necesidades en cuanto a cantidad y calidad,
pues el cuadro básico de los mismos, no llega en muchas ocasiones al 50 % de
los mismos, lo que provoca un desfase en la entrega de los mismos, quedándose el
paciente solamente con sus recetas, dando como consecuencia de que el problema
de salud no se le resuelve, sin embargo, en las evaluaciones anuales, reportan
la gran cantidad de atenciones, pero nada del proceso de recuperación de la
salud de manera efectiva, sumado a este desabastecimiento crónico, sumemos la
gran mora quirúrgica que se tiene en todos los hospitales, sumado a un inexiste
plan preventivo del equipo de los hospitales, los cuales dan su vida útil prematuramente,
por el inexistente mantenimiento preventivo.
Lo más grave que puede sentir un enfermo, es la indiferencia
con que es tratado por quienes están obligados a darles una atención con
calidad y calidez, olvidando estos trabajadores de la salud, que quienes van a
los servicios de salud son sus patrones, pues es el pueblo quien les paga sus
salarios para que los atiendan decentemente y con calidez, y no el gobierno,
que solamente es el administrador de los recursos financieros del pueblo.
Ahora, cuando el sistema de salud esta quebrado, aparecen los
personeros del gobierno con un nuevo invento, un sistema de seguridad social
universal, con la malévola idea de sacudirse la responsabilidad constitucional
de proveer salud y educación gratuitas, pues con este modelo, pretenden de
entrada darle la potestad al seguro social, pero todos sabemos que este ente es
uno de delos colapsados, sin capacidad operativa, por lo que se verían obligados
a contratar servicios de salud privados, lo que en buen romance, daría pie a la
proliferación de entidades de toda índole ofreciendo servicios al pueblo
mediante una paga de parte del seguro social, pero para ello, tienen que
establecer cuotas de afiliación más altas tanto para los trabajadores como para
quienes generan el trabajo, lo que redundaría en un encarecimiento de los
servicios de salud, a sabiendas de que el principal deudor del seguro social es
el estado, simplemente, miraríamos como seguiría de insolvente al no tener la
responsabilidad de proporcionar salud al pueblo hondureño, lo que a la larga,
sería peor el remedio que la enfermedad.
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