Carrera feroz entre las municipalidades
Carrera feroz entre las
municipalidades
Durante este año, hemos observado la desenfrenada carrera de
las diferentes municipalidades del país, en su afán de agenciarse la mayor
cantidad de impuestos de toda índole, básicamente bienes inmuebles y de
servicios públicos, a muchas corporaciones se les ha pasado la mano, con el
cobro de estos impuestos pues muchos de ellos superan el 200 a1000 % con
relación al anterior impuesto, lo que ha despertado y con justa razón, el
rechazo de la población ante esta alagartada decisión de las corporaciones
municipales, que en su miopía, no ven los malabares que hace la población para
sobrevivir, pues no solo se incrementan los impuestos municipales, si no que va
aparejado una disminución de su capacidad adquisitiva cuando los salarios están
congelados y sujetos al compás de la devaluación diaria, recetada por el Fondo
Monetario Internacional, sumado a una inflación galopante, que está destruyendo
los pequeños ahorros en lempiras de miles de hondureños, que impotentes ven
como se les esfuma el esfuerzo de toda una vida ante la indiferencia del
gobierno de turno, que solamente está a la espera de los famosos préstamos,
para poder sobrevivir su escandaloso aparato burocrático, que engulle la mayor
parte de los impuestos, no habiendo recursos suficientes para la expansión económica
del país aunado a ello la grosería del gobierno al permitir que determinados
productos y servicios estén dolarizados, no así los salarios que son en
desplumados lempiras para congoja de los hondureños.
Las diferentes corporaciones municipales, se les ha metido
entre ceja y ceja, entrar al carro del progreso mediante obras que no
necesariamente, llenan las expectativas de sus poblaciones, pues en la mayoría de
los casos, se refieren a remodelaciones de parques y canchas multiuso, lo mismo
que compitiendo de cuál de ellas construye el edifico más caro y bonito para
sus oficinas, siendo en este caso necesidades no básicas que generalmente exige
la población, que son prioritariamente las relacionadas con saneamiento básico,
una de las debilidades de casi todas las municipalidades del país, así como también
el grosero gasto administrativo que consume gran parte de los impuestos, en
mantener una burocracia municipal nada austera y eficiente, sino un nido de
paracaidistas, que pululan por las dependencias municipales, muchas veces sin
saber qué hacer y muriendo del aburrimiento ante la falta de claridad
administrativa, es por ello, que los munícipes son inmunes al clamor popular,
cuando están atracando al pueblo con esos altos y abusivos impuestos
municipales, en detrimento de la población, que no tiene a que árbol arrimarse,
para que los proteja de la voracidad municipal, pues ahora, no tenemos ni al chapulín
colorado, para que nos defienda.
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