A lo de siempre

A LO DE SIEMPRE

VIENE la misión del FMI a monitorear el acuerdo negociado con el gobierno. A lo mismo de siempre. A exigir que aprieten más a la agónica economía. La moneda nacional, desde que en la administración pasada le colocaron tobogán al “indito desplumado” para que se deslizara, se ha devaluado en más de dos lempiras, lo que equivale a un 10%. Las importaciones son más caras, lo que afecta los insumos y materias primas para la producción nacional. Lo encarece todo, incluyendo el alimento de los consumidores. La devaluación no genera más demanda a nuestros productos de exportación. Porque nosotros vendemos postres. La demanda del café nacional sube, cuando se arruinan –como ha sucedido en esta ocasión– enormes plantaciones de café en los otros países cafetaleros. La escasez del grano en los mercados internacionales es lo que sube el precio del producto.
El tata Fondo y sus quisquillosas tías las zanatas vienen en un momento cuando el viento sopla favorable a la reactivación económica nacional. La economía podría crecer un 3% después de estar estancada. La debacle de los precios del crudo es un ahorro sustancial a la factura petrolera. La reactivación de la economía norteamericana repercutirá favorablemente en nuestras actividades económicas. Los buenos precios del café en los mercados externos generan mayor ingreso. El incremento de remesas por las medidas ejecutivas de Obama que aminora el flujo de las deportaciones y ofrece alivio de seguridad temporal a los indocumentados. El billón de Obama como apoyo al Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. Todas estas causas exógenas, ninguna atribuible a las medidas de contracción que ellos impusieron al país para asfixiarlo.
Porque nada de lo que han hecho hasta el momento representa estímulo a la inversión o a la generación de empleo, todo lo contrario. ¿Quién invierte con tasas de interés del 16%? ¿Qué trabajos se generan con tanto impuesto sobre el lomo de los empresarios, tasas municipales inmisericordes y tarifas de extorsión de los malos servicios públicos? ¿Quién pone un negocio con tanto obstáculo y requisitos para operar? La carga impositiva a la iniciativa privada la tiene fuera de competencia. Vean qué lugar ocupa el país en los índices de competitividad del Banco Mundial. El país aparece a la cola. Por esa obediencia ciega a seguir esas imposiciones del FMI. Al FMI lo que le interesa es cuánto recauda el fisco para pagar su elevado gasto y no la salud económica en general.
Aquí vienen a meter ajustes fiscales que no existen en ningún otro país. Como ese “tasón” que grava las transferencias bancarias. Dinero que el gobierno ocupa para la lucha contra la inseguridad y la violencia provocada por los carteles de la droga y del crimen organizado. El país debe sacrificarse resolviendo un problema que es generado por factores que le son ajenos. Si el gran mercado de la droga no es el centroamericano. Nosotros somos las víctimas que pagan los patos y la cara factura de seguridad, mientras la comunidad internacional se hace la de a peseta. Seguramente esos visitantes van a ser atendidos a cuerpo de rey por las autoridades fiscales y monetarias. Platicarán con dirigentes empresariales que no terminan de contarles toda la verdad sobre lo amolado que está el país. Cuando regresan, emiten un comunicado gallo gallina, que ninguna esperanza genera en la gente. ¿Cuándo van a explicar por qué las medidas que adoptaron allá en los Estados Unidos para salir del estancamiento son diametralmente opuestas a las recetas de contracción que aplican acá?

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