Alergia a lo institucional

ALERGIA A LO INSTITUCIONAL

UNOS meses atrás fuimos invitados al grupo de reflexión que coordina Ramón Velásquez Nazar, para compartir ideas sobre la creación del Foro de Convergencia Nacional y la participación de la sociedad civil. Acabamos de recibir un panfleto con un resumen de lo abordado ese día que trasladamos al amable lector: “Uno de los problemas de Honduras es la falta de continuidad de las obras, los programas y los proyectos de un gobierno al otro. La tendencia ha sido ignorar lo avanzado por gobiernos pasados cayendo en la tentación de refundar el país cada cuatro años y hacer de nuevo las cosas con el estilo de cada cual. Lo poco que está sujeto a continuidad en las administraciones es aquello ligado a los préstamos internacionales, pero no en función de la voluntad nuestra de dar consecución a los programas, sino para seguir logrando los desembolsos sujetos a las condicionalidades que exigen los prestatarios”.
“La aspiración, la ilusión de un país de tener un Plan Nacional de Desarrollo que oriente las acciones de un gobierno, cualquiera que sea su ideología, hacia la consecución de objetivos comunes y del bienestar general, lastimosamente no ha ocurrido. Hubo un tiempo cuando le encomendaban esa tarea a un ministerio de planificación. Después de meses de discutir y analizar, llegaban con carretillas de documentos a la Casa de Gobierno –fardos de papeles que nadie quería leer menos asimilar– a aburrir los consejos de ministros”. “La planificación cayó en desuso cuando las necesidades, la inmediatez y el presupuesto del año fiscal pasaron a fijar las prioridades. Si los gobiernos difícilmente pueden planificar para un año –cuando el presupuesto con el que inician en nada se parece al que terminan– menos planificar para 10 años”. “El huracán Mitch impuso la necesidad de elaborar un Plan Nacional de Reconstrucción y una Estrategia de Reducción de la Pobreza”.
“El Fonac nace con el sentimiento de crear algo institucional, propio de Honduras, no limitado a lo gubernamental, abierto para discutir temas trascendentales de la sociedad involucrándola como tal, con sostenibilidad económica, y gozando de cierta autonomía”. “Se quería crear algo institucional, no coyuntural, para darle continuidad a las iniciativas nacionales, como una instancia de concertación y diálogo”. “La idea fundamental de Fonac era tener una instancia integrada por organismos de la sociedad civil y del gobierno, donde se pudieran discutir temas de interés nacional y llegar a acuerdos en beneficio de todos. Una vez que se aclaró que aquello no era para tratar el pliego de peticiones de cada uno de los sectores, la orientación conceptual de su secretario general permitió concertar distintas iniciativas, entre ellas la Ley General de Educación”.
“El Plan de Reconstrucción tenía la virtud de dar una imagen de unidad, frente a una crisis. Así pudimos ir a la Cumbre de Estocolmo con una visión y un plan de país y no con una propuesta del gobierno. El plan fue apoyado plenamente por la cooperación internacional”. “Al calor del Fonac se creó el G-16 integrado por los embajadores de los países y representantes de instituciones crediticias que apoyaban financieramente a Honduras”. “Tenía como finalidad dar continuidad a los compromisos de Estocolmo y lograr la mayor participación de los países cooperantes”. “No basta con los acuerdos que se toman en las cumbres, es preciso dar seguimiento a esos compromisos y lograr que se produzcan los desembolsos”. “Posteriormente el Fonac fue desnaturalizado por los gobiernos sucesivos –nuevamente la falta de continuidad y la alergia a respetar lo institucional– que lo convirtieron en un apéndice de otros esquemas de diálogo al estilo del régimen de turno”.

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