Economìa 101 para Honduras

Economia 101 para Honduras
Editorial La Tribuna
EL caso de Grecia, una economía a centímetros de caer al barranco, aún cuando se trata de un tema que, por la lejanía del lugar donde ocurren los hechos, pocos aquí prestarán atención, debe servir –al gobierno como a los sectores– para ilustrar lecciones que perfectamente encajan a nuestras realidades. La tragedia griega en mucho refleja lo que puede suceder a los países, atrapados por las recetas del FMI y de las otras aves agoreras, obligados a tomar medidas restrictivas –cargas tributarias, ajustes fiscales– dizque por la sanidad de las finanzas, a cambio de financiamientos temporales facilitados por los prestamistas. Las enormes deudas van creciendo hasta que el país no puede pagarlas, precisamente porque la camisa de fuerza a que es sometida la economía, por el mismo peso de las medidas de contracción, evitan que esta pueda recuperarse.
Si a ello le agregan la crispación que el suplicio provoca en los indignados que ahora se convocan por las redes sociales, tienen el caldo perfecto para la agitación. (Estas son las consecuencias políticas, de someter a la gente a ese infernal calvario de ayunos, que los técnicos en sus cómodas oficinas no anticipan, hasta que la paciencia estalla). Bien podría alegarse que el desequilibrio original fue provocado por gasto excesivo más allá de las posibilidades. Por el costo de los beneficios sociales dados al público –por gobiernos políticamente repartiendo para quedar bien con el público– sin que la economía nacional tuviese la capacidad de soportar la carga. Todo eso sería cierto, pero lamentarse sobre leche derramada es extemporáneo. Lo que toca analizar –aparte de quejarse de los errores cometidos– es cómo sacar al país del hoyo en vez de seguir escarbando más profundo. Es lo que hemos venido sosteniendo –en esta columna editorial– sobre las medidas impuestas por el FMI y sus socios internacionales. Nos satisface saber que otros plantean lo mismo. Esto es lo que dicen dos premios Nobel de Economía sobre la tragedia Griega:
Paul Krugman en el NYT sostiene: “La economía griega colapsó en buena medida como resultado de las medidas de austeridad, que tuvieron el efecto de hundir los ingresos”. “Grecia ya recortó sus gastos, ya bajó las pensiones, ya subió impuestos y ya aplicó medidas de austeridad sin que ello le haya supuesto al país recuperarse de la crisis”. Y sobre las exigencias de la troika para extender el rescate al país el premio Nobel dice lo siguiente: “Más austeridad es un callejón sin salida; tras cinco años de austeridad Grecia está peor que nunca”. “No se dejen llevar por supuestos que los tecnócratas de la troika sean funcionarios dando cátedra a los griegos ignorantes de lo que deben hacer”. Estos supuestos tecnócratas son de hecho fantasiosos que no han respetado nada de lo que sabíamos sobre macroeconomía y que se han equivocado en todo lo que han hecho”. El otro Nobel de economía Joseph Stiglitz de la Universidad de Columbia, sostiene que esas medidas de más austeridad exigidas por los prestamistas equivalen a condenar al país “a una depresión sin fin”. En otras palabras, no se puede salir de una crisis económica –por más deuda que el país acumule, para financiar un espejismo de mejoría temporal– con medidas que en vez de estimular, hunden la economía. Honduras no está al borde del colapso como Grecia. Pero igual es víctima de las equivocadas recetas de las aves agoreras. No es ahogando la demanda de subsistencia que se corrigen los desequilibrios. Es estimulando la economía que, al generar ingresos adicionales, corrigen el desbalance fiscal. Si no nos creen a nosotros, consulten con los premios Nobel de Economía. La tragedia griega le sirve como Economía 101 a Honduras.

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