FM,DESPLOME,DEPORTACIONES,CAFE
FMI, DESPLOME, DEPORTACIONES, CAFÉ
5 diciembre, 2014 Sección Editorial diario La Tribuna
ANUNCIARON alborozados que el FMI suscribió el ansiado acuerdo que les permite acceder a unos $460 millones en los próximos cuatro años. El certificado de buena conducta para obtener desembolsos de la cooperación internacional. Este año que está por finalizar ha sido desfavorable para la economía. De no ser por esa actividad desplegada por el mandatario en promoción de país, que ayuda a elevar el ánimo decaído, las cosas pudieron ser peor. El bestial paquete de ajustes que dejó la ingrata Comisión de Transición, tuvo el devastador efecto de desacelerar más la postrada economía. Si los ingresos fiscales se incrementaron ha sido a costa del sacrificio de todo lo demás. Pero también cayeron las contingencias. Una sequía que tuvo sin agua potable a los capitalinos durante varios meses de infames racionamientos. Una mala cosecha que orilló al gobierno a la importación de unos frijoles africanos embarcados en carabelas. La larga espera de los consumidores impacientes, sin poder llevar el alimento básico a sus hogares, perturbada por los cuentos de camino real de la Secretaría de Comercio e Industrias, agravaron el padecimiento.
Aparte de la abultada carga tributaria que pesa sobre la adolorida espalda del pobre pueblo pobre, cobran un impuesto de guerra. Este, para diferenciarlos del que imponen las “maras”, se conoce como el “tasón”. Es un impuesto adicional al fardo acostumbrado, que grava todas las transacciones bancarias. Lo quitaron en otros países cuando comprobaron que subía tanto los costos que los sacaba de competencia. Es demasiado oneroso, como ese otro de gravar la venta –aun de las empresas a las que les está yendo mal– como si ello fuera ganancia. El “tasón” sirve para financiar los abultados gastos de seguridad. ¿Pero qué otro camino queda si es menester encarar ese horrible flagelo? Lo ingrato de ello es que mucha de la violencia que nos golpea no es propiamente obra nuestra, sino la mortal consecuencia del tráfico de droga con rumbo a otro mercado. Pero el país carga con los muertos del crimen organizado. Así que esa alta factura de seguridad que sale de sudor nacional –a cada rato lo repite el mandatario hondureño– debiese ser sufragada por el socio que comparte responsabilidad en el tremendo problema, como por la cooperación internacional.
Pero suficiente de quimeras. O de quejarse que no hay todavía medidas que incentiven los mercados lastimados. Ni que tampoco haya habido la revisión que ofrecieron hacer de ese nocivo paquete impositivo. Aún así, Dios a nadie desampara. El precio del café en el mercado internacional ha vuelto a repuntar. Y lo que cae como regalo del cielo. El desplome de los precios del petróleo. Precios más bajos de la gasolina ahorran recursos al país. Abarata los costos localmente. Alivia las finanzas de la ENEE; y ojalá no sea cierto eso que van a aumentar tarifas porque ya no ocupan hacerlo. Con diésel más barato debe exigirse que disminuya la tarifa de los pasajes del transporte. Pero hay otro aliciente. Las medidas ejecutivas de Obama, de detener las deportaciones y dar seguridad temporal para que los compatriotas inmigrantes en los Estados Unidos puedan trabajar, sin temor a persecución, ayudarán a elevar las remesas familiares. Esos son los factores que seguramente tendrán impacto beneficioso sobre la economía. Así que, a pesar del trastorno que las medidas del FMI ocasionan, hay augurio de mejoría económica el próximo año. Como las dirigencias empresariales –pese a los porrazos que les recetan– hacen comparsa con el gobierno celebrando este acuerdo con el FMI, pues enhorabuena, ya lo tienen. Ojalá ello contribuya a motivar sus espíritus. Que el optimismo encienda las máquinas de la reactivación. Ya dijimos que más por factores externos que nos manda la Providencia. Pero que caen de perlas para que el próximo año no sea ni parecido a los anteriores.
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