¿Porque escribo?

¿Porque escribo?

El escribir para mí, es una válvula de escape, que me permite desahogar las penas y desesperanza que anida dentro de mí, ante la imposibilidad de poder hacer cambios que permitan cambiar esta triste realidad que vivimos en mi país Honduras, en donde la corrupción ha tomado carta de ciudadanía, en donde el crimen organizado, pandillas de delincuentes, tienen sitiada a la hondureñidad, en donde la palabra del día es sálvese el que pueda, en donde el pueblo hondureño es vilmente expoliado legal e ilegalmente ya sea por los delincuentes y por un gobierno voraz e ineficiente, incapaz de brindar seguridad a sus ciudadanos, en donde la mayoría del pueblo se debate en una pobreza extrema, acicateada por una delincuencia que apenas le deja para sobrevivir, escribo porque siento la necesidad de sacar ese coraje, esa ira que consume mi vida, ante la impotencia de no poder lograr cambios sustanciales en la clase política, que solo vela por sus intereses, el ver como los recursos naturales ya no le pertenecen a los hondureños en general, sino que son patrimonio de unos pocos, ver como las fuentes de agua cambian de dueño y las han convertido en bienes de capital y han dejado de ser un bien social, ver como la impunidad campea a lo ancho y largo del país, saber que las autoridades solamente piensan en su bienestar de ellos y no en el bienestar de la colectividad, saber que el fin primordial de nuestras autoridades es agenciarse recursos económicos, no para beneficio del país si no que para la cúpula gobernante, ver como hacen piñata con los recursos del pueblo, al cual han despojado en aras de la modernidad, saber que han creado una especie de familias indigentes al mejor estilo chavista, regalando dinero que aca en Honduras no se tiene, con fines electoreros, saber que el pueblo trabajador vive para ser expoliado por todos lados, saber que tenemos una clase gobernante que vive a costa del sudor, dolor y hambre del pueblo, escribo porque hemos perdido la capacidad de reacción organizada, pues los hondureños hemos caído en un estado de disociación como sociedad, siendo de esta manera una población inerme ante el embate de las fuerzas oscuras organizadas y que pululan a lo largo y ancho de este país, escribo como un grito de dolor ante lo que ocurre a mi pueblo, escribo como catarsis mental ante lo mal que camina nuestra sociedad hondureña, en donde unos pocos se hacen más ricos a expensas de la pobreza de la mayoría del pueblo, escribo como una forma de protesta ante las medidas que nos aplica el neoliberalismo convirtiéndonos en simples consumidores, en donde hemos perdido la capacidad de discernimiento para determinar cuándo contentarnos con lo que tenemos y no desear lo que nunca hemos tenido, y que sin embargo creamos nuevas necesidades, que han pervertido a miles de personas, lo que los ha llevado a despojar a sus semejantes para obtener lo que desean fruto de la mercadotecnia malvada e inmoral, que les dice que si lo desean, lo tienen, es por ello que escribo, sé que a muchos no les gustará esto, no escribo con el afán de que les guste, sencillamente escribo porque me permite desahogarme de la injusticia y depravación social que corrompe a mi pueblo, pueblo digno de mejor suerte, pero que parece olvidado de Dios.

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