Sociedad y comunicación




Sociedad y comunicación

La sociedad como tal, tiene miles de años de venir formándose, mediante este proceso, el hombre ha tratado de comunicarse entre sus grupos afines y fuera de su círculo, siempre con los defectos que aún se conservan, dada la idiosincrasia de cada grupo social.
En la actualidad, he observado y he sido participe de ello, de que cada día, las comunicaciones se vuelven más impersonales, pues el uso de la tecnología en las comunicaciones, si es cierto que ha ensanchado la facilidad para comunicarse de un punto del planeta a otro, pero como repito de una manera impersonal, de tal manera que en la actualidad empezando por el núcleo familiar, se ha perdido la comunicación frente a frente, cada uno de los miembros de la familia ensimismado con su juguete cibernético, comunicándose a través de ellos, pero de una manera insípida y rutinaria, pues se ha perdido la relación interpersonal, que nos permite deducir en muchas ocasiones las dificultades y alegrías de los grupos familiares, no hay una comunicación fluida que nos permita interaccionar como familia y como grupo social.
En nuestro medio, es común que nos encontremos grupos de personas muchas veces con intereses comunes pero incapaces de mantener una comunicación que nos permita conocer las interioridades como los anhelos de cada uno, nos miramos como enemigos, desafiantes, a la defensiva, incapaces e iniciar un diálogo franco con empatía, interesarnos sobre los problemas comunes de la sociedad, ya la práctica del saludo es un recuerdo, pues se ha perdido,  ver la manera de buscar soluciones a situaciones que repercuten en el buen funcionamiento del estamento social.
Es común que aun dentro de los grupos familiares exista ese mutismo que impide una comunicación franca y receptiva, capaz a de llevarnos a sentir un placer con compartir en familia, saber que contamos con un grupo solidario por el parentesco que se tiene, pero…desgraciadamente, forma parte del desarrollo de esa sociedad recelosa, incapaz de reconocer una comunicación franca, apacible, provechosa, sincera y lo más importante, amorosa en un núcleo familiar, y ¿ Por qué no también en la sociedad en la que se convive a diario?.
Este fenómeno de la pérdida de la comunicación, se debe a situaciones que han evolucionado a través de la historia, como ser la ambición, envidia, rencor, dolor, crimen, en fin todas los defectos que cargamos los humanos y que se cultivan a diario con esa insensibilidad para reconocer las debilidades de otras personas y que por lo  menos necesitan una mano amiga, que les pueda comunicar un consuelo, una esperanza o un consejo que le ayude a paliar su situación y en determinado momento ser solidarios con estas personas necesitadas, pero que por la falta de comunicación no se lleva a cabo.
Es interesante saber que esta pérdida de comunicación se da en todos los grupos sociales sin distinción, pues aun quienes conocen de las santas escrituras, son iguales a cualquiera que no las conoce, pues aun sabiendo que uno de los más grandes mandamientos es” amar a su prójimo como a sí mismo”, esto es puro papel mojado, pues simplemente solo es para el consumo dentro de las congregaciones, pues aun dentro de ellas, se ve al vecino como un extraño, pero que tienen en común una misma creencia, pero que no comparten lo que creen, simplemente nos hemos convertidos en unos seres insensibles, indiferentes, enclaustrados en nuestro propio yo y ajenos al mundo que nos rodea.
La sociedad actualmente, tiende a tener una comunicación cada vez más deficiente e impersonal, pese al gran adelanto de las telecomunicaciones, pero que solamente han venido a aumentar la incapacidad de mantener relaciones sociales francas y sinceras en donde aún se puede ver a los ojos y no a un móvil o un iPad en donde se esconde muchas veces la hipocresía, lo cual es ahora más evidente gracias a eso que no nos permite interrelacionar entre cada uno de nosotros con sinceridad.

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