“130 INGENIEROS”

Editorial diario La Tribuna

12 agosto, 2014 - 12:43 AM

(0) Comentarios  

EL ministro de Agricultura acaba de dar la buena nueva que “el gobierno impulsará un plan agresivo de construcción de represas y “cosechas de agua”, para enfrentar el invierno que será tardío y que el próximo verano será intenso. Indicó que también “harán desviaciones de agua para retenerla y usarla posteriormente”. Para ese ambicioso plan –según el ministro– hicieron el inventario de 130 ingenieros civiles laborando en diversas instituciones que han estado subutilizados. Para que el público se entusiasme –y no crea que esto vaya a ser igual que ese plan de medidas de ahorro energético del que tanto hablaron y nunca arrancó– sería bueno que fuera más específico. Que diga dónde, cómo y cuándo es que van a echar a andar esas represas y esas cosechas de agua. Así el plan pasa de ser algo lírico a identificar proyectos concretos.

Mencionó el ministro que pretenden utilizar la represa de Nacaome, “pero que tienen que concluir la titulación de 3,800 hectáreas que serán beneficiadas con el proyecto”. Ese cuento –de la represa de Nacaome– es vieja historia. La represa se ideó como un visionario proyecto tanto para generar energía como para irrigar grandes extensiones de tierra que serían utilizadas para la agricultura. La cooperación internacional facilitó los fondos y en gobiernos anteriores se inauguraron las primeras etapas de la estructura. Nosotros más bien creíamos que aquello, a estas alturas, ya estaría dando todos los beneficios a las comunidades del sur, planteados desde el inicio. Solo aquí sucede que pasan los años, como si nada, mientras la maldita burocracia, a esta fecha, no haya logrado destrabar el proceso para titular esas miles de hectáreas que serán beneficiadas.

Ahora, paralelo a lo dicho por el ministro sobre auxiliar a los agricultores y enfrentar esta bestial escasez, no sería malo que fuera al Congreso Nacional a exponer todos esos planes. Por lo menos para transmitirlo a la opinión pública. Aprovechando que la agenda legislativa a veces sufre reveses –o por los zafarranchos que arman unos o por la amenaza de hacerse una pelota opositora que lanzan otros– bien podría utilizarse ese foro para que los funcionarios públicos vayan a explicar qué ofrecen hacer para paliar las crisis en sus áreas de competencia. Ya estuvo el ministro de Seguridad y más bien le hizo falta tiempo para terminar de explicarles los avances. En las próximas horas comparece el gerente de la ENEE a terciar sobre los apagones. Aunque el fantasma de los racionamientos ya fue aclarado desde la Casa de Gobierno, explicando que con la llegada de los barcos, cargados de bunker, no tendrán que racionar en las horas de mayor demanda. Así que al amable público, lo que le interesa saber del gerente de la ENEE es –sin que lo pongan a bostezar– ¿qué va a hacer para arreglar todo ese relajo de la energía que no han salido de un hoyo cuando están cayendo en otro?

Lleven también al gerente del SANAA. Siquiera para que desempolve todos esos proyectos mentirosos que tienen archivados, que nunca ven la luz del día. Hasta que nos quedemos sin agua del todo. Que la capital, de lo seca que está, con estos racionamientos bestiales que recetan, pase a categoría de desierto. Así que bien pueden ir a comprometerse, participando en las pasarelas del Congreso. Aunque ya se sabe que la burocracia sea una enredada telaraña que todo lo enmaraña, que vayan a alegrar al desesperado auditorio, aunque sea con ilusiones. Sin tantos ingenieros, se le ve muchos más brío a lo que propone la Casa de Gobierno. Allá andan infundiendo optimismo que revierta este pesado ambiente de desahucio que se padece. De no ser por la actividad desplegada por el mandatario y de las constantes dosis de esperanza que comunica –sin necesidad de los 130 ingenieros– el amable público ya habría barajustado.