Reingenieria en el sistema de salud de Honduras: un fiasco
Reingeniería en el sistema de
salud de Honduras: un fiasco
En Honduras, hace más o menos cinco años, se procedió a cambiar
la estructura administrativa en el sistema de salud pública, sustituyéndose las
ocho regiones de salud por diez y ocho regiones departamentales y dos regiones
metropolitanas, con el supuesto de mejorar la eficiencia en el sistema de
salud, en mi opinión y lo que he visto, se vislumbraron muchas expectativas de
parte de las unidades productoras de servicios o sea el nivel operativo de que
mejoraría el apoyo administrativo a cada una de las unidades, en el transcurso de los años, se ha visto que
todos estos cambios han fracasado estrepitosamente, pues las unidades
prestadoras de servicios siguen viviendo la lipidia, tanto en suministros de
medicamentos como de otros insumos,
mantenimiento de edificios, mantenimiento de vehículos y otros equipos
necesarios para la buena atención al pueblo, sumamos a esto la inseguridad del
personal por contrato que baila al vaivén de los políticos de turno, lo que
redunda en una frustración para los trabajadores como el pueblo que asiste a
estos establecimientos de salud.
Con la famosa reingeniería, apostamos por un mejoramiento y fortalecimiento
de la atención primaria, base primordial en el mantenimiento de la salud del
pueblo, pero que en la práctica adolece de serias deficiencias que impiden una
buena atención al público, que permita evitar que enfermedades comunes y
corrientes, sean atendidas en los servicios de emergencia de los centros
hospitalarios del país, con el consiguiente aglomera miento y presión de parte
de los pacientes por ser atendidos, a sabiendas de que la función primordial de
los servicios de emergencia, como su nombre lo dice son eso, servicios de
emergencia, pero que en la práctica se han vuelto en unas grandes consultas
externas, con el consiguiente peligro de
que las verdaderas emergencias muchas veces se descuidan por estar atendiendo
gripes y diarreas sin deshidratación, y otras enfermedades no catalogadas para
ser atendidas en un servicio de esta índole.
En el transcurso de estos años, lo único que hemos observado,
es el crecimiento de mayor cantidad de personal administrativo, pues en aquel
entonces eran ocho jefes regionales y en la actualidad son veinte jefes
departamentales y metropolitanos, lo que ha afectado drásticamente las finanzas
de la secretaría de salud, pues estas departamentales han servido para que los
políticos nombren a sus allegados en esos puestos, sin ningún beneficio para la
colectividad, pues no solamente es un director si no toda una estructura administrativa
que gira alrededor de cada director departamental y metropolitano, con el consiguiente
gasto de recursos que bien pudieron ser canalizados al fortalecimiento de la
atención primaria.
Sumamos a esto que en cada región de salud de antaño, existían
las áreas de salud, que aglutinaban a varios municipios, lo cual hacia que
existiera un jefe de área y su equipo, para las actividades administrativas,
suministros y supervisión de cada unidad prestadora de servicios, lo cual fue
cambiado a los famosos jefes municipales de salud, con su consiguiente equipo,
lo cual ha redundado en un aumento de recursos humanos en actividades
administrativas, muchas veces sin sentido, pues no tienen ninguna facultad para
resolver problemas de índole administrativo, pues estructuralmente no existen
como tales, pero que si existen para fines de contratación por parte de los políticos
de turno.
Esto es lo que veo, un enorme derroche de recursos financieros
en detrimento de la salud preventiva o atención primaria, pues es notorio que
el presupuesto de salud, se gasta en su mayoría en sueldos y salarios, dejando
casi nada para la compra de insumos, con el agravante de que muchas veces estos
son sobrevalorados, lo que reduce la cantidad de los mismos, igual situación se
da con el resto de insumos que son tan exiguos que no ajustan para el periodo
estipulado que debe ser para tres meses, lo mismo sucede cuando las partidas
para mantenimiento de edificios, vehículos y otro equipo, es verdaderamente
ridículo, pues no ajusta muchas veces ni para comprar una puerta, pues los
edificios de la mayoría de los centros de salud, carecen de mantenimiento y
muchos están ruinosos, por no haber tenido un mantenimiento preventivo, igual
sucede con el equipo, este se usa hasta que ya no tiene reparación y cuando cae
en desuso, no hay oportunidad de renovar el inventario de este equipo. También
es notorio, que el personal nuclear de estos establecimientos esté congelado,
pues no existe crecimiento vegetativo del mismo, a pesar que sus áreas de responsabilidad
coprogramática si han aumentado.
Sería interesante
tener un censo de personal administrativo y personal en atención directa, y
veremos el aumento desmesurado de
personal que no aporta nada en la atención directa a la población que acude a
los servicios de los centros de atención primaria.
En conclusión pienso que la transformación de las regiones
solo ha servido para que los políticos tengan nuevas fuentes de empleos para
sus acólitos, en desmedro de los servicios de salud, que seguirán operando con
las uñas y con un suministro de insumos crónica y críticamente deficitarios para
responder a la demanda de salud por la población afectada.
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