La lectura, un viejo hábito que languidece
La lectura, un viejo Hábito que languidece
En mi país, Honduras, como en otras partes del mundo, he
observado como cada día las personas que gustan leer van disminuyendo
drásticamente, al grado que en la actualidad, encontramos muchas personas que
son alfabetos analfabetas, que pasaron por la escuela, y cuando se les pregunta
sobre si saben leer, pues si muchos leen, pero no comprenden lo que leen,
triste es decirlo, pero para que esto ocurra, es necesario identificar cuáles
son las causas para ello.
Entre estas causas podemos decir sin temor a equivocarnos,
fue que su primer fallo lo tuvieron cuando en la escuela no se les fomentó el hábito
de la lectura por parte de sus maestros, ya que muchas veces los maestros están
más preocupados por sus ingresos económicos que en cumplir a cabalidad con su
misión, la cual es educar para la vida y no para el momento como ocurre
actualmente, en que el estudiante se le pregunta lo que le enseñaron el día
anterior y estoicamente reconoce que no se acuerda o se le olvidó.
Maestros, cumplan su misión educativa y estimulen a sus
alumnos a que lean, pues esto sirve para mejorar tanto su acerbo cultural como
para estimular la memoria y el intelecto.
Otra de las razones, que obviamente desestimula la lectura,
es el haber bibliotecas escasas en el país, y las pocas que existen muchas
veces son bibliotecas para el recuerdo, pues están sumamente desactualizadas,
por lo que se debe exigir a los gobiernos de turno, que actualicen las
bibliotecas públicas, de tal manera que permita a los jóvenes y a los no tan
jóvenes deleitarse en la lectura para su acerbo cultural como aprendizaje para
la vida, pues no podemos quedarnos con lo poco que enseñan en las aulas
escolares.
En mi país, es tema de campaña política el que van a dotar de
computadoras a todas las instituciones públicas de educación, pero no basta con
llenar un aula con computadoras u ordenadores según sea el caso, pues se
necesitan personas que tengan el conocimiento para el uso de estas herramientas
muy en boga a nivel mundial, además alguien
que conozca y pueda dar referencias bibliográficas para encontrar
contenidos educativos para estos jóvenes, pues muchos tienen acceso a esta
herramienta, pero no saben que buscar, y quienes a veces les ayudan, las dan
direcciones equivocadas en internet, que en vez de formar, deforman la mente
del joven.
También es menester reconocer que las pocas librerías que
existen en el país, son elitistas, pues
el precio de los libros están fuera del alcance popular, ya que un libro por
modesto que sea, fácilmente tiene el precio de uno o dos días de salario para
el pueblo en general, lo que los vuelve prohibitivos para quienes desean leer,
máxime cuando no existe un autocontrol de los propietarios de tal manera de
obtener ganancias justas y que permitan llegar a una mayor cantidad de personas
deseosas de poder tener un libro que le estimule la lectura y le ayude a
mejorar su calidad educativa. Como muestra personal, compré un libro hace tres
meses y vuelvo a la librería, y veo que ese mismo libro ha subido un 40% sobre
su valor anterior, aunque traten de justificarlo por el encarecimiento de los
dólares para comprarlos, pues la moneda aun no la han devaluado en ese
porcentaje.
En conclusión, seguirán existiendo las analfabetos
ilustrados, siempre y cuando los maestros no asuman el rol que les corresponde,
en la formación de las nuevas generaciones, en donde unas de las fortalezas son
mantener el buen hábito de la lectura, pues solo de esa manera podrán aprender
a discernir y a conocer el significado de lo que leen, que el gobierno no
solamente se dedique a llenar de computadoras a las escuelas, si no de
contribuir mediante la contratación de personal experimentado que permita hacer
buen uso de esas herramientas, que actualicen las bibliotecas públicas, pues no
es lo mismo leer un libro que leer en una pantalla de computadora, por muchas
razones, una accesibilidad al internet, otra disponibilidad de suficientes
ordenadores para todos los que quieran saber sobre las actualidades y que
exista una persona que canalice las referencias bibliográficas, también no es
malo pedir a los dueños de las librerías, que se preocupen por masificar la
venta de libros a bajo costo, para estimular a la población para que no pierda
ese buen hábito: el de la lectura.
¿Creen que esto es posible? Espero que sí.
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