La otra cara de la moneda de la delincuencia




La otra cara de la moneda de la delincuencia

La sociedad en la actualidad se encuentra en una encrucijada ante la escalada de la delincuencia, fenómeno ampliamente estudiado sobre las causas que generan la delincuencia, máxime en nuestro país, en donde nos encontramos al borde de La ingobernalidad, por la inseguridad que rebasa los límites de tolerancia permitidos.
Todos los estudios enfocan las causas de la criminalidad a la falta de oportunidades para las personas con mínimas capacidades formativas profesionales o artesanales, lo mismo a un segmento profesional sobre saturado sin oportunidades laborales que les permitan tener una forma de satisfacer sus necesidades básicas, también se ha enfocado la criminalidad a un proceso sicosocial que define a los delincuentes en cierta medida como sociópatas que no distinguen entre el bien y el mal, en dónde lo único que basta es satisfacer sus necesidades como caprichos con los medios y recursos que arrebatan a sus víctimas, sin sentir el más mínimo remordimiento por el daño que causan a personas inocentes.
Encontramos dentro de la gama de delincuencia, en dónde la familia como tal es cómplice de las fechorías que cometen sus miembros, pues con conocimiento de causa, usufructúan el producto de la rapiña que a diario ejecutan, sin remordimiento de parte de ella, hasta acá, es conocido el fenómeno de la delincuencia.
Ahora bien el otro lado de la moneda, y es cuando el familiar a pesar de saber que dentro de su familia hay delincuentes, calla por encontrarse en una situación en la cual debe proteger a su miembro delincuente, aunque no avala su conducta criminal,  pero que sufre al saber de la vida incierta que lleva, y que a la larga termina con un reconocimiento de un cadáver desconocido que terminó siendo su familiar, después de lo cual, muchos encuentran la paz que habían perdido.
Ahora bien, mi pregunta es: ¿Estos delincuentes que no son sociópatas por problemas siquiátricos si no circunstanciales y que por probar que es más fácil despojar a una persona de sus bienes, decide seguir en esta carrera criminal, pienso se habrán puesto a pensar el daño que le hacen tanto a la sociedad como a sus familias?, pues cierto es que nada hay oculto en este mundo y muchas veces los vecinos identifican a estas familias de delincuentes, y sus hijos desde ese momento son estigmatizados como hijos de delincuentes y que siguen creciendo y son identificados como tal, lo cierto es que pasaran muchas generaciones para limpiar ese estigma , que nada abona en la formación de esas criaturas dignas de mejor suerte.
Mi recomendación a estas familias que tienen algún familiar delincuente, es que lo aconsejen y traten de ayudarle no aceptando el fruto de su rapiña si no que exhortándole a un cambio de vida, que le permita romper ese paradigma al que somete a sus descendientes, de tal manera que algún día puedan salir a la luz como personas integradas a la sociedad positivamente, y no como se encuentran en la actualidad en conflicto frontal contra la sociedad, a la cual toman como enemiga, pero que desgraciadamente arremeten contra los que menos tienen, pues quienes detentan tanto el poder socioeconómico como político, escapan a las garras de la delincuencia, por tener los medios para ello.

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