Devaluación, inflación y pobreza: trinomio de las recetas del fondo monetario internacional.
Devaluación, inflación y pobreza:
trinomio de las recetas del fondo monetario internacional.
En mi país Honduras, como en el resto del mundo
subdesarrollado, se pasan las mismas peripecias del deterioro de la calidad de
vida de la población, la cual está supeditada a una marcada aceleración de la
pobreza secundario a las medidas económicas que nos receta el Fondo Monetario
Internacional con la complacencia de las autoridades de mi país y de los países
tercer mundistas.
Sin ser economista, he visto que la receta de devaluar la
moneda dis que para mejorar las exportaciones, en el caso de mi país y supongo
en el resto de países pobres, lo único
que han hecho, es ir reduciendo la
capacidad de compra del pueblo, convirtiendo los ahorros en moneda nacional en
simple papel con creciente pérdida de su valor real ante el patrón dólar, con
el consiguiente efecto inflacionario que golpea aun más la raquítica economía
del pueblo, llevándolo a niveles de pobreza más extrema, que a la larga ha traído
frustración y rabia a la población perjudicada con estas medidas económicas,
cuyo efecto positivo según los expertos del FMI, ha mejorado la competitividad
del país, a costa del pueblo, en dónde los beneficiados son unos pocos
exportadores que con menos dólares pagan los salarios de los obreros, el
gobierno que cada día que devalúa la
moneda, está percibiendo el beneficio que le está quitando
a los ahorrantes en moneda nacional, a cambio de estas medidas reciben dólares
en préstamo, que está volviendo de nuevo la carga más pesada para el pueblo
hondureño y otros países pobres.
Lo que podemos observar es también, que por efecto de la
devaluación, las exportaciones aumentan aunque la cantidad de dólares disminuyen al abaratar los costos de producción, en dónde
el pueblo hondureño subvenciona los productos de exportación a base de su
pobreza y miseria, pues recibe lempiras devaluados que le impiden tener un
nivel de vida aceptable dentro de los parámetros de de la calidad de vida a que
tenemos derecho, con ello los expertos del Fondo Monetario Internacional como
buenos empleados de los países ricos, logran que los países pobres subvencionen
la economía mundial mediante la venta de
materia prima de los países subdesarrollados a precio de remate, con lo cual
ellos, los países ricos viven en un mejor nivel de vida, mientras que los países
pobres ven como sus recursos naturales se van a estos países ricos a engrosar las fortuna de los mismos.
Es notorio como los recursos naturales, máxime los no
renovables, son explotados por compañías del primer mundo, llevándose estos
recursos sin dejar ningún beneficio a futuro en los países explotados, solamente túneles,
montañas destrozadas, cuencas y ríos contaminados, o secos, y multitud de
personas enfermas, que luego nuestro país debe
tratar de rehabilitar, pero en la mayoría de los casos mueren en la
ignorancia e ignorados.
Cuando la devaluación se toma como una política de estado por
recomendaciones del FMI, la clase gobernante, pues no tiene ningún reparo en
aceptar estas medidas, pues ellos usufrutuan los pocos dólares que reciben, los
hondureños en general, nos vemos obligados a comprar productos más caros tanto
esenciales como no esenciales, gracias al proceso inflacionario que provocan
las devaluaciones, lo cual a la larga se convierte en una espada de Damocles,
pues los industriales hondureños para el mercado interno, se ven en la
obligación de proyectar sus inversiones a corto plazo y con cálculos
inflacionarios para poder renovar su inventario de materia prima que muchas veces
viene del exterior y que tiene que disponer de más lempiras para poder
convertirlos a dólares, y poder comprar sus materiales.
Creemos que ya es tiempo de que el FMI cambie su estrategia
para sanear la economía de estos países pobres, y una de las formas es que los países
ricos compren la materia prima a un precio justo y mantener un equilibrio entre
lo que se compra y se vende en estándares de un justiprecio, esto podríamos
llamarlo como una relación entre pobres y ricos de buen vecino y justicia
social para los pueblos del mundo, en donde no haya cabida para los
especuladores, causantes numero uno de los cambios que se ven en las economías
de todo el mundo, que manipulan a su antojo el valor de los recursos naturales
y productos terminados, con un balance negativo en contra de los países pobres,
lo que es paradójico pues el pobre paga más por el mismo producto que el rico.
En síntesis, la devaluación, la inflación y la pobreza están íntimamente
ligadas a las acciones negativas que la elite oligarca y financiera que está al
frente de los gobiernos de los países tercer mundistas, cuyas acciones están siendo
avaladas y promocionadas por el fondo
monetario internacional, como ente que no ve personas si no números fríos que
no tienen ningún valor como personas
humanas si no como objetos que rinden un ciclo de vida y luego se desechan.
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